En XAL, el nuevo restaurante de La Casa de la Playa, aquella expresión coloquial que dice “la mesa está servida”, no aplica. En XAL llegas a tu mesa para encontrarte con la sorpresa de que más de un platillo se comerá con las manos, -y no hablamos de tacos-. En XAL el nuevo espacio de La Casa de la Playa, bajo la idea creativa y dirección gastronómica del chef Andoni Luis Aduriz, vivirás toda una experiencia que promete sacarte de tu zona de confort, sentirte como en casa y experimentar la gastronomía como nunca antes.

En palabras de su equipo, trabajar con Andoni Luis Aduriz es: “retar a la creatividad, cuestionarlo todo y reinventar”. Y es que si algo queda claro al conocerlo y vivir una experiencia gastronómica a su lado es el hecho de que le gusta crear, improvisar, presentar propuestas sensoriales, platillos que jueguen con las texturas y, ante todo, enaltecer la cultura. La cocina de Andoni es una que él mismo define como “viajera” y vaya que lo es, así como también resulta una cocina hecha con gran pasión.
“Les daré una única recomendación: coman con pasión”.
A la fecha son más de 3 décadas las que Andoni se ha dedicado a la gastronomía, tiempo en el que ha estudiado acerca de diversas culturas y sus respectivas cocinas. Al respecto, el español reconoce y enaltece la riqueza y el gran legado de la cocina mexicana. “Lo primero que uno aprende es que la base de la cocina mexicana es tan extraordinaria que seguro continúa sorprendiendo a los propios mexicanos. Simplemente, una cocina como la mexicana que tiene su propio diccionario, dice mucho. Ahora bien, la cocina mexicana ha tenido una gran exposición ante el mundo, mostrando cómo la tradición y la base milenaria puede adaptarse al mundo contemporáneo”, expresa con emoción.
“Lo mejor de la cocina mexicana es que nunca deja de sorprender. Yo no he dejado de aprender de su riqueza”.

Andoni en Xcaret, México
No hace mucho, el chef se encontraba de vacaciones junto a su familia de viaje por México cuando un amigo le recomendó visitar Xcaret, allí comenzó su gran historia y una inolvidable aventura. “Yo llegué a Xcaret como turista, cuando estando en Mérida con mi familia, un buen amigo mío me recomendó venir con mi hijo. Lo primero que recuerdo que me sorprendió fue saber que en un Hotel Xcaret México, habiendo 900 habitaciones, no se sintiera tal, me sorprendió también que el servicio no se sacrificaba por el tamaño de proyecto. Más tarde pasee por Xcaret Arte, otra belleza, hasta que llegué a La Casa de la Playa y quedé enamorado”, recuerda con emoción. Asimismo, nos confiesa: “Aquí hay lujo mexicano, mientras que el mundo entero vive otra clase de lujo más generalizada. Xcaret tienen un compromiso con la cultura y la atención a los detalles.
Yo quería estar aquí y colaborar con el grupo, más nunca imaginé que estaría en La Casa de la Playa”.
“Yo no vengo a fusionar, lo mí es cocina viajera”.
Bajo esta premisa y luego de su visita, fue hace un par de meses cuando surgió la oportunidad de colaborar con La Casa de la Playa, no obstante, el chef reconoce que debía prepararse para tal reto. “Para este proyecto me dediqué a estudiar las cartas de mis colegas mexicanos, pues al ser ajeno a la cultura no me puedo permitir equivocarme o fallarle a la riqueza cultural y gastronómica de México. Trabajé de la mano tanto con mi equipo español como con un nuevo equipo mexicano que ha sido enriquecedor.
El primer gran filtro es el equipo de casa, ellos cuidan cada detalle y nos marcan la pauta”.

XAL, un imperdible de La Casa de la Playa
“Aquí, si alguien solo quiere comer, lo puede hacer. Pero también, quien gusta de vivir experiencias únicas, conocer las técnicas, las texturas, las historias, la inspiración y más, es ideal. La cocina es un ejercicio creativo”, expresa Andoni.
Se puede caer fácilmente en la soberbia de pensar que estamos reinventando la cocina, simplemente estamos aplicando todos los conocimientos adquiridos en más de 30 años. Cuando comencé habían tantas reglas como menús con precios para hombres y sin precios para mujeres, con vajillas enormes, con demasiado adorno. Entonces nosotros decidimos quitarlo todo y enfocarnos en lo que realmente importa, reconociendo que menos es más. Vimos la posibilidad de entender que los cubiertos son las manos y la boca empieza en los dedos. Es ir más allá de una experiencia sensorial, es simplemente explorar con todo el cuerpo otras formas de comer.
“Hemos reivindicado el lujo desde perspectivas diversas como la cocina”.
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