Veinticinco años después de su histórico debut, Alejandro González Iñárritu regresa al lugar donde todo comenzó: el Festival de Cannes. Fue en el año 2000 cuando Amores perros, se presentó en la Semana de la Crítica y conquistó al jurado con su crudeza, estructura narrativa fragmentada y poderoso retrato de la Ciudad de México.
La cinta vuelve a la Croisette dentro de la prestigiosa sección Cannes Classics, en una versión restaurada que rinde homenaje no solo a la película, sino al legado que dejó en el cine mundial.
La proyección especial tuvo lugar este 13 de mayo en el Teatro Debussy, una de las sedes más emblemáticas del festival, con la presencia de Iñárritu, el director de fotografía Rodrigo Prieto y miembros clave del equipo original.
Amores perros, con su estética cruda y narrativa entrelazada, no solo lanzó la carrera internacional de Iñárritu, sino que abrió camino a una nueva generación de cineastas mexicanos.

Una restauración con mirada artística
La restauración de Amores perros fue un proceso meticuloso. Supervisada por Iñárritu y Prieto, se trabajó a partir del negativo original y se remasterizó tanto el sonido como la imagen para adaptarse a los estándares actuales, sin perder la estética vibrante y granulada que caracterizó al filme. Esta versión definitiva pretende no solo celebrar el pasado, sino permitir que nuevas audiencias descubran la cinta tal y como fue concebida originalmente.
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