Sofía Mariscal es una reconocida curadora, gestora cultural y coleccionista mexicana cuya trayectoria ha dejado una huella significativa en el arte contemporáneo. Actualmente vive y trabaja entre Madrid y Ciudad de México. Su formación en Relaciones Internacionales e Historia del Arte en instituciones de prestigio como El Colegio de México, la Universidad de Bolonia y el Sotheby’s Art Institute de Nueva York ha sido clave en el desarrollo de su carrera, donde fusiona la investigación, la mediación y la promoción del arte con una visión innovadora. En esta exclusiva entrevista, Sofía nos compartió su visión, desarrollo y consejos a lo largo de su trayectoria.
Desde los inicios de su carrera, Sofía ha mostrado un gran interés por la intersección entre arte, historia y sociedad. Su perspectiva se ha enriquecido con experiencias internacionales y un enfoque multidisciplinario que le ha permitido desarrollar una plataforma artística sólida y con impacto global. En 2010, fundó MARSO, un espacio que comenzó como un laboratorio experimental de proyectos curatoriales y que, con el tiempo, se consolidó como una plataforma influyente dentro del circuito del arte contemporáneo en América Latina. A través de MARSO, Sofía ha logrado tender puentes entre artistas, curadores, coleccionistas e instituciones, generando diálogos innovadores y promoviendo el intercambio cultural.

Desafíos en la curaduría y carrera
Uno de los mayores desafíos a los que se ha enfrentado a lo largo de su trayectoria ha sido la tarea de combinar artistas de distintos contextos y disciplinas en un mismo espacio expositivo, asegurando que cada propuesta mantenga su autenticidad y al mismo tiempo dialogue con las demás. Este reto se vuelve aún más complejo cuando se trata de piezas de videoarte o instalaciones de gran formato, ya que su exhibición implica una serie de consideraciones técnicas y espaciales que deben resolverse con precisión.
Además, la gestión de proyectos a gran escala, como su participación en la Bienal de Venecia, le ha brindado un aprendizaje increíble sobre la logística y el impacto que pueden tener las exposiciones internacionales en la carrera de los artistas. Para Sofía, la clave del éxito en este ámbito radica en una planificación rigurosa, el establecimiento de alianzas estratégicas y la capacidad de adaptación a los imprevistos.
En un contexto donde las instituciones culturales enfrentan recortes presupuestarios y cambios políticos constantes, las plataformas independientes han cobrado una relevancia crucial. Sofía resalta la importancia de estos espacios como catalizadores del arte contemporáneo, ya que permiten mayor flexibilidad, libertad creativa y una relación más cercana con el público.

Arewá
Más allá del ámbito estrictamente curatorial, Sofía ha incursionado en proyectos que combinan el arte, el diseño y la artesanía. Un ejemplo de ello es Arewá, una iniciativa que le permitió colaborar con comunidades indígenas y artesanos, explorando la relación entre los saberes tradicionales y el diseño contemporáneo. A través de este proyecto, buscó generar un diálogo entre la tradición y la modernidad, destacando la riqueza de los procesos artesanales y su relevancia en el contexto actual.
Sin embargo, llevar a cabo este tipo de proyectos no está libre de desafíos. La logística de trabajar con comunidades tan alejadas, la producción a gran escala sin comprometer la autenticidad de las piezas y la viabilidad económica del proyecto son factores que requieren una meticulosa planeación. A pesar de estas dificultades, Sofía considera que este tipo de iniciativas son fundamentales para la sostenibilidad de la producción artística y para fortalecer el vínculo entre el arte y la comunidad.
El Futuro del Arte Contemporáneo en América Latina
Desde su perspectiva, el arte contemporáneo en América Latina enfrenta retos constantes, como la inestabilidad política y el desmantelamiento de instituciones culturales. No obstante, este contexto también ha impulsado una producción artística vibrante y en constante evolución. La creatividad y la resistencia de los artistas latinoamericanos han generado discursos que abordan temas urgentes como la identidad, la memoria, la violencia y la desigualdad social.
En este sentido, Sofía destaca la importancia del mecenazgo y el coleccionismo como pilares fundamentales para el desarrollo del arte. El apoyo de coleccionistas, fundaciones y espacios independientes es esencial para la continuidad de la producción artística, especialmente en momentos en los que las políticas culturales resultan insuficientes para sostener la escena artística.

Consejo para las Nuevas Generaciones de Curadores y Gestores Culturales
Para quienes desean dedicarse a la curaduría y la gestión cultural, Sofía Mariscal tiene un mensaje claro: arriesgarse y actuar sin miedo al error. Considera que cada tropiezo representa una oportunidad de aprendizaje y crecimiento en el mundo del arte. La curaduría, lejos de ser un ejercicio meramente académico, requiere intuición, y una profunda sensibilidad.
Soy de la idea de que del suelo no pasa uno y que siempre en los intentos hay muchísimo aprendizaje”

Asimismo, enfatiza la importancia de generar redes de colaboración y de mantenerse en constante diálogo con artistas, críticos y otros curadores. La escena artística contemporánea se construye colectivamente, y es en estos intercambios donde surgen las ideas más innovadoras y las oportunidades más valiosas.
A lo largo de su trayectoria, Sofía Mariscal ha demostrado que la curaduría es un campo en constante transformación, donde la capacidad de adaptación y la pasión por el arte son elementos clave para tener éxito. Su labor continúa dejando una huella significativa en el panorama artístico, consolidándola como una de las figuras más influyentes en la gestión cultural de la región.
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