Pagina de inicio The Interview Nuria Diosdado: “No me veo regresando como atleta, pero sí cerca de los deportistas, como mentora o parte de algún proyecto que tenga pies y cabeza”
The Interview

Nuria Diosdado: “No me veo regresando como atleta, pero sí cerca de los deportistas, como mentora o parte de algún proyecto que tenga pies y cabeza”

28

Nuria Diosdado, la medallista Centroamericana y Panamericana se prepara para su mayor reto, el ser mamá.

Como parte del objetivo que tenemos en The Editorial México de retratar personajes inspiradores, con historias dignas de contar y que nos motiven día con día, tenemos en portada de este mes a Nuria Diosdado, la nadadora artística que ha pasado de un deporte de alto rendimiento, a otro de aún más alto rendimiento, ya que cierra un ciclo glorioso y abre otro, igual de desafiante: el de la maternidad.

EINAR GONZÁLEZ

“Me siento realizada. Ha sido el año de mi vida”.

Entre aprendizajes, logros y nuevas emociones, Nuria comparte en esta plática lo que significa despedirse del agua y prepararse para recibir a su primera hija, que se llamará Macarena. “Terminé los Juegos Olímpicos y al mes siguiente me convertí en mamá”, dice Nuria Diosdado con una serenidad que solo da la claridad emocional. Es un momento de transformación total. Una etapa que reúne todo: cierre, duelo, alegría, expectativa, amor. “Me siento realizada. Ha sido el año de mi vida”, confiesa con una mezcla de nostalgia y plenitud.

Ahora, a seis meses y medio de embarazo, Nuria no solo está esperando una bebé: está abrazando un nuevo destino, luego de haber sido durante más de dos décadas la figura indiscutible de la natación artística mexicana. “Lo buscábamos. Fue un embarazo planeado, deseado… y llegó a la primera”, cuenta sonriente, y con la paz que da saber que cada decisión fue tomada en el momento justo.

No le debo nada al deporte ni el deporte me debe nada a mí“.

Muchos atribuyeron su retiro al embarazo, pero la historia venía de antes. “Desde septiembre ya estaba organizando mi retiro. Desde que regresé de París, ya sabía que era mi última competencia”, explica. Y aunque no lo anunció públicamente en ese instante, sí lo celebró en privado: “El 10 de agosto cené con mi familia y brindamos por lo que fue mi carrera. Fue un cierre especial”. No fue una decisión dolorosa, pero sí profundamente meditada. “En Tokio no sabía si era mi momento. Tuve una depresión, alopecia, psoriasis… estaba muy estresada. En 2022 dije: quiero llegar a París y si lo logramos, que sea mi final. Y así fue”. En París encontró el equilibrio: “Me sentí feliz. A pesar de los errores, disfruté cada segundo. Estábamos haciendo historia y yo sabía que podía ser mi última competencia. No le debo nada al deporte ni el deporte me debe nada a mí”.

“No me veo regresando como atleta

No se va del todo…

Aunque ha colgado el traje de baño en su clóset, Nuria no planea alejarse del deporte. “No me veo regresando como atleta, pero sí cerca de los deportistas, como mentora o parte de algún proyecto que tenga pies y cabeza”. De hecho, aún colabora con la selección nacional —“ayer mismo estaba ayudándoles con los trajes de baño”— y mantiene contacto constante con el equipo. El retiro no implica desconexión, sino una transición madura. “También necesito dar un paso atrás para que las nuevas generaciones se entiendan entre ellas, descubran quién lidera. Es parte del crecimiento”.

“Estoy recibiendo algo nuevo y desconocido. Es una emoción enorme”.

La maternidad: otra forma de alto rendimiento

Nuria lo dice entre risas: “Dejo un trabajo de alto rendimiento y entro a otro. No sé cuál es más de alto”. Como deportista, su mente estaba entrenada para resistir el dolor, el cansancio, la presión. Pero el embarazo ha sido otro tipo de entrenamiento: “Estoy acostumbrada a no quejarme, a levantarme sin importar el dolor, pero ahora tengo que escucharme más. No solo por mí, sino por ella”. Ha sido un cambio de chip emocional y físico. “Hasta mis doctoras me lo dicen: cualquier molestia, dila. Pero yo estaba acostumbrada a competir con el pie roto si era necesario. Esto es distinto, es otra responsabilidad, es vida”. Aunque deseaba profundamente este embarazo, también ha llorado. “Me he despedido de mí misma. De esa versión que ya no va a volver. Y a la vez, estoy recibiendo algo nuevo y desconocido. Es una emoción enorme”.

EINAR GONZÁLEZ

Sueños en familia

Nuria no quiere que su hija la vea solo como una atleta olímpica, sino como una mujer que resistió, aprendió y luchó por sus sueños. “Más que la medalla, quiero que entienda todo lo que hubo detrás: los golpes, los sacrificios, el aguante. Y que eso me hizo quien soy”. Su misión como madre es clara: apoyar, sin presionar. “No puedo decirle que no a sus sueños, porque a mí nunca me los negaron. Quiero que se pruebe, que tropiece, que descubra qué le gusta. Que tenga opciones. A mí solo me ofrecieron el agua desde pequeña, y nunca me probé en otras cosas”.

Y aunque bromea diciendo que prefiere que su hija no practique natación artística —“es lo que todos los deportistas decimos: cualquier deporte menos el mío”—, también asegura que verla triunfar en su disciplina sería lo mejor que le podría pasar. “Mis papás me apoyaron sin condiciones. Esa es mi barra. Y quiero partir desde ahí”.

El futuro del deporte en México

A pesar de que cierra una etapa personal, Nuria mira con optimismo el porvenir del deporte nacional. “Se vienen cosas buenas. En París vimos cómo emergieron nuevas figuras, medallistas olímpicos que nadie conocía. La comunicación entre atletas, instituciones y medios está mejor que nunca”. El ciclo hacia Los Ángeles 2028 se proyecta prometedor. “Veo generaciones que se están transformando, que se están preparando desde otro lugar. Y creo que si el apoyo continúa, no solo habrá más medallas, sino mucho más talento visible”. Nuria Diosdado se despide como la máxima exponente de la natación artística en México. Cuatro veces olímpica, líder indiscutible, voz firme en defensa del deporte y de la salud mental de los atletas. Pero su historia no termina aquí: apenas se transforma. Hoy su medalla más valiosa no cuelga del cuello, sino que late dentro de ella y se llama Macarena.

“La comunicación entre atletas, instituciones y medios está mejor que nunca”.

Deja un comentario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas