Crecí en un entorno en el que, al llegar a cierta edad, los procedimientos estéticos invasivos eran lo normal y el paso a seguir para procurar nuestra imagen física. Y no es que esté en contra de ello, todo lo contrario, estoy a favor siempre y cuando sean por y para procurar nuestra seguridad, confianza y deseo personal.
Yo mismo he recurrido a algunos de estos, no tan invasivos, para prevenir líneas de expresión y el testigo del paso de la edad en mi piel al aplicarme toxina butolínica (botox) desde hace un par de años, bajo el ideal de que es preventivo al aplicarlo a una corta edad, y puedo decir que me encanta el resultado.
No obstante, con el tiempo y dado mi gusto e interés por el cuidado personal, he tenido la oportunidad de platicar con expertos en la materia, además de poder conocer diversos tratamientos no invasivos y llevar a cabo rutinas de cuidado para prevenir de otras formas los rasgos de la edad y, sobre todo, procurar mi bienestar.
Asímismo, considero que hemos crecido en una sociedad que, hasta hace algunos años estaba más acostumbrada a hablar del cuidado personal del pecho para abajo, es decir, dejando de lado el rostro, pues este se resolvía o cuidaba con otro tipo de procedimientos como los antes mencionados, sin embargo, hoy día existen un sinfín de rutinas y terapias para cuidar de la piel de nuestra cara sin necesidad de inyectarnos nada. Es así como conocí el yoga y pilates facial, rutinas a manera de masaje y drenaje linfático que activa la circulación al tiempo que define y da tono muscular. Sin olvidarnos de la electroestimulación, una técnica en tendencia que, sin ser invasiva, consigue estimular y dar firmeza a nuestro rostro.
Mi primer y único acercamiento con el yoga facial fue de la mano de The Routine, un centro especializado que está ubicado en Polanco y Lomas de Chapultepec, en el cual y de la mano de expertos, puedes recibir todo tipo de terapias y tratamientos como los antes mencionados para mejorar la apariencia de tu rostro.
Debo ser honesto y confesar que no sabía qué podía esperar de dicha experiencia, sin embargo, desde los primeros minutos e incluso luego de un par de días tras mi visita a The Routine, puedo confesar que ha sido de las mejores experiencias de cuidado personal y bienestar que he podido experimentar, y hoy la recomiendo por completo.
Los masajes, rutinas, drenaje linfáticos, electroestimulación y más procedimientos no invasivos a los que tuve oportunidad de someterme le brindaron un aspecto renovado a mi piel, recuperando su fuerza, tono muscular y firmeza, además de que el trato en el lugar (Polanco) fue espectacular. Durante mi sesión, me recomendaron realizar este tipo de tratamientos de 2 a 3 veces por semana, lo cual puedo asegurar que voy a cumplir al pie de la letra, pues el resultado fue espectacular, claro está, sin olvidarme de mi rutina y productos de cuidado personal del día a día, los cuales contemplan: tónico facial, suero e hidratante de cara, crema para el contorno de ojos y, por último y nunca menos importante, protector solar.
Deja un comentario