En la mítica región de La Vallée de Joux, cuna de la alta relojería suiza, Audemars Piguet celebra sus 150 años de historia con un proyecto que reinterpreta su herencia desde una mirada contemporánea: el Hôtel des Horlogers. Concebido como mucho más que un hotel, este espacio representa un punto de encuentro para amantes del diseño, la arquitectura, la gastronomía, la sostenibilidad y por supuesto, de los relojes que han marcado generaciones.

Ubicado en Le Brassus, el mismo pueblo donde se estableció el histórico Hôtel de France en 1857, el nuevo hotel boutique de cuatro estrellas, ha sido diseñado por Bjarke Ingels Group y ejecutado por el estudio suizo CCHE, en colaboración con AUM para el diseño interior. Se trata de un manifiesto arquitectónico que respeta y se integra al entorno alpino.
Un homenaje al tiempo, la precisión y la tradición
Con 50 habitaciones, un spa, y tres espacios gastronómicos dirigidos por el chef Emmanuel Renaut, reconocido con tres estrellas Michelin. El Hôtel des Horlogers fue creado como una experiencia inmersiva donde cada detalle evoca el saber hacer suizo.
Desde las maderas locales que revisten los interiores, hasta los menús inspirados en los ingredientes del bosque de Risoud, cada elemento conecta con el paisaje, la cultura y la precisión artesanal que define a Audemars Piguet.

Una invitación a redescubrir el tiempo
Fiel a su vocación relojera, el Hôtel des Horlogers ofrece paquetes especiales para visitar instituciones clave como el Musée Atelier Audemars Piguet, talleres privados, la manufactura Jaeger-LeCoultre o el observatorio AstroVal. Un recorrido por más de 150 años de historia, 300 piezas icónicas y una narrativa que celebra la fusión entre ingeniería, arte y precisión.
Además de rendir homenaje al pasado, este espacio apuesta por el presente y el futuro. Con instalaciones adaptadas para eventos, seminarios y experiencias exclusivas, se ha convertido en un nuevo punto de encuentro tanto para los habitantes de la región como para viajeros internacionales en búsqueda de autenticidad, silencio y belleza.
Convirtiéndose en un homenaje a La Vallée de Joux, al espíritu de innovación de Audemars Piguet, y al arte de hacer del tiempo una experiencia.
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