Después de dos décadas al mando, François-Henri Pinault deja el puesto de CEO de Kering, marcando el final de una de las direcciones más audaces, transformadoras y arriesgadas que ha visto la industria del lujo y de la moda. El empresario francés no desaparece por completo, permanecerá como presidente del consejo, pero se aleja de la dirección operativa del grupo que ayudó a convertir en un imperio global.
Cuando tomó el relevo de su papá en 2005, Pinault tenía una visión clara: dejar atrás el conglomerado PPR y apostar por un portafolio enfocado exclusivamente en el lujo. Bajo su liderazgo, Kering no solo se deshizo de marcas como Fnac y Puma, sino que apostó por casas como Gucci, Balenciaga, Saint Laurent y Bottega Veneta, convirtiéndolas en referentes de innovación y desireablility.
Pinault también impulsó una visión ética y sostenible del lujo: prohibió el uso de pieles en las maisons, co-fundó el Fashion Pact y colocó la sostenibilidad en el centro de su discurso empresarial.
En los últimos años, el mercado de lujo ha sufrido las consecuencias de los cambios de consumo de sus clientes, el relevo era inevitable. Pinault eligió a Luca de Meo, ex-CEO de Renault, como su sucesor. Externo a la industria de moda, de Meo, ingeniero que transformó empresas automotrices en crisis. No es la primera vez que el grupo recurre a figuras fuera a la familia para inyectar otra visión. En 2005, se contrató a Mimma Viglezio como VP de Comunicación Global del grupo. Proveniente de Bulgari, Viglezio fue traída por un CEO externo a la familia. Su tiempo en el grupo marcó una huella crítica y ética.
Una de las grandes preguntas, tras la salida de Pinault y el nombramiento de un CEO sin experiencia en moda: ¿Permitirá Luca de Meo que los Directores Creativos vuelvan a hacer magia?
Durante los años más especiales de Kering, fueron los creativos quienes crearon la narrativa: Alessandro Michele transformó Gucci en un fenómeno cultural, Demna Gvasalia convirtió a Balenciaga en una sátira de lo aspiracional, Daniel Lee impulsó a Bottega Veneta con una visión de silent luxury. Todos fueron apuestas de alto riesgo, y todas fueron posibles gracias a una estructura que les dio libertad.
Hoy más que nunca, el conglomerado ha optado por la eficiencia, no por la visión creativa. Y eso también genera dudas: ¿Por qué no Francesca Bellettini? Que fue CEO de Saint Laurent y ahora es Directora General, a cargo del Desarrollo de Marca, con experiencia interna, resultados sólidos, prestigio en la industria y una sensibilidad creativa.
En este nuevo Kering, los datos son importantes y el margen operativo también. Pero el lujo en esencia, sigue siendo un negocio de deseo, creatividad y emoción. Las estrellas no son los directivos: son los diseñadores y las marcas.
La importancia de darles la libertad a los Directores Creativos para crear, con toda el riesgo y ambición, es esencial, para que realmente ellos puedan contar historias que resuenen con los clientes y la cultura de nuevo.
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