Pocas figuras se han dedicado a impulsar el talento mexicano en la industria de la moda como Sara Galindo. Su trabajo ha sido clave para posicionar la creatividad mexicana en el escenario global.
Desde España busca impulsar nuevos talentos, consolidando la presencia del diseño mexicano a través de iniciativas como su colaboración con la Casa de México en España.

¿Cuándo y por qué te decidiste ir a vivir a España?
Decidí venirme a vivir a España porque pensaba que había mucha más carrera por seguir en cuanto a mi proyecto y propósito de promocionar el talento mexicano, sentía que México estaba un poco visto todo, ya había cumplido con la parte que a mí me correspondía desde que fui editora de Elle, con los concursos, con las tiendas. Pensaba que quizá era buena opción comenzar a ver otros continentes empezando por Europa y quien mejor que España por su idioma, poder empezar a abrir camino a otros países. Me pareció la forma más natural hacerlo a través de España. Siempre he sido amante de la cultura, historia, museos, he vivido en Europa antes y sabía que me faltaba mucho por ver y siempre que venía España me quedaba corta.
México es un país súper rico culturalmente, nunca lo terminas de ver. Pensé en darme un tiempo para poder continuar con mi vida, teniendo la oportunidad de conectar con un poco más de cultura, obtener más libertad, tener otras maneras de pensar y de ver la vida.
¿Qué extrañas de México?
Extraño mucho a la gente, a mi familia, el saber que en cualquier momento puedo estar con una gran amiga abrazada y hablando por horas, ver a mi mamá y a mis hermanos, pero al llegar aquí me di cuenta que pasaba mucho tiempo en un coche o encerrada en la casa.
Soy un alma un poquito más libre y me encontré con un lugar en el cual puedo crear y proponer cosas, donde es muy bien recibido nuestro país. Un lugar en el cual la gente está hambrienta de conocer más acerca de México, porque México es México y el estar fuera te hace darte cuenta que hay un gran amor por nuestro país.
¿Qué conexión encuentras con México y España?
En todos los niveles, desde la historia y conexión entre nuestros países, hay una relación intercultural, es como si fueran de nuestra familia. Ese cambio de perspectiva frente a las conquistas, habiendo un recibimiento increíble.
Hay una relación en todo, dejando de lado el idioma, los valores, el tema de la familia, de todos los países europeos es el más cercano a México, realmente me siento muy cercana a mi casa por estar en España.
¿Qué tradiciones o experiencias españolas han enriquecido tu proceso creativo?
Me llama mucho la atención el baile clásico español, el flamenco, la pasión latina, la pasión gitana, la mujer que siento que también es muy fuerte. Los pintores, yo no conocía mucho de la pintura clásica española y para mí ha sido una gran sorpresa conocer a todos estos pintores, una vez que lo ves aquí, donde estaban, realmente entiendes de dónde viene, de dónde viene su historia y para mí ha sido enriquecedor entender la historia de ellos.
¿Extrañas ser editora y qué extrañas de ser editora?
Realmente no extraño ser editora, fueron catorce hermosos años, de los mejores de mi vida, todo lo que logré hacer y acceder fue increíble, ser editora es lo mejor que te puede llegar a pasar, pero sin hijos y soltera. Todo tiene su tiempo, a esta edad con las responsabilidades que tengo hoy en día, ya no me corresponde, ya que el precio sería muy caro ya que mi prioridad es mi familia.
No extraño nada, ya que sigo teniendo la misma curiosidad ante la moda, tengo los mismos accesos, pero sin la responsabilidad de escribir las cosas que se tenían que escribir y hoy tengo un poco más de libertad.
¿Qué herramientas te dió la revista elle para poder desarrollarte hoy en día?
Me dio todo, me permitió aprender tantas cosas que me sirven para todo, gracias al equipo con el que trabajé tanto tiempo que me demostró las herramientas humanas y que me han abierto las puertas en diferentes partes del mundo, el entender que hay un mundo para cada quien. Es increíble vivir sabiendo que hay una vida detrás de cada creación, entender que hay un mundo que se abre para los conocedores, es hermoso.
Es muy impresionante cómo a pesar del paso de los años, la gente se acerca y me sigue recordando por mi trabajo, me he dado cuenta que si te abre puertas de otros tamaños que otras profesiones no te abren, te da mucho poder y mucho alcance y que tu nombre valga más que lo económico.
Pásate de ser editora a empresaria, ¿cómo fue ese proceso y cuáles fueron los obstáculos que tuviste que sobrepasar?
Fue súper natural y orgánico, siempre tuve muy claro lo que quería hacer en mi vida y era abrir el camino a los diseñadores mexicanos, que hoy después de veinticinco años que empecé mi carrera, sigo haciendo lo mismo, siempre lo he tenido claro. Ha cambiado de forma, pero el propósito siempre ha sido el mismo y eso me ayuda mucho para estar muy ubicada, concentrada y enfocada en lo que quiero.
Cuando salí de la revista Elle, tomé la decisión de irme por mis hijos y ya no tenía sentido que yo fuera la chica de los desfiles, ya no me hacía sentir bien, de pasar a ser un lujo se convirtió en una pequeña carga, ya que ya no era yo; entonces me tocaba seguir mi propósito pero desde otros lugares, sea una empresa o una fundación. Por eso digo que es una cosa muy natural, ya que era algo que tocaba.
Cuando empecé con mexicotur y con Kilómetro 33, fueron dos personas que se me acercaron para hacer este proyecto, una de ellas fue María José Hernández y cuando me propuso hacerlo lo vi como una posibilidad de poder salirme en algún futuro, no lo tenía muy claro, pero sabía que algo así tenía que suceder y poco a poco ha ido creciendo y cambiando.
¿Qué te motivó a convertirte en una promotora activa de los diseñadores mexicanos?
Me fui enamorando cada vez más de mi propósito, cuando comencé a ver más sobre la vida de ellos. Veo que es una industria en México bastante abandonada, poca gente le presta atención. Es muy triste y lamentable ver como el talento de la gente joven se va apagando junto a sus sueños por la falta de oportunidades. Debe ser terrible tener un sueño y tenerlo que abandonar porque no exista la industria que apoye el talento. Siempre me ha dado mucho pesar el pensar que la creatividad se vaya apagando y terminen cambiando su rumbo por la falta de oportunidades.
¿Qué retos recurrentes enfrentas al posicionar diseñadores mexicanos en plataformas globales?
Hasta que no llegues a un país, no sabes realmente cómo es el mercado, lo que consume una persona, hasta que vives ahí entiendes cómo es que compran. Es entender la forma de consumir, los precios, cada cuando compran algo, en que es lo que se fijan para comprar algo.
Es importante tener mucha estructura, educación respecto a la industria, aprender cómo hacer negocio, la manera de escalar una marca, lograr hacerla comercial, pero manteniendo el ADN de tu marca.
¿Cómo surgió tu colaboración con la Casa de México en España?
Empecé hace siete años a trabajar con artesanos mexicanos, cuando empezamos la marca kilómetro 33, realizamos unos vestidos bordados increíbles, por unos grandes artesanos y me enamoré de eso. De ahí hicimos México 32, en donde recorríamos México buscando en cada estado, qué oficio se estaba perdiendo, para poder recuperarlo y hacerlo visible al mundo. Llevo varios años tomando un interés más profundo hacia la artesanía y me acerqué a Ximena Caraza y le pedí que me diera la oportunidad de colaborar, ayudando y empezando una fundación tan prestigiada. Quería aprender, estar cerca y ser parte de una fundación hermosa y me dió la oportunidad de encargarme del proyecto de artesanos.
¿Cómo describirías el vínculo cultural que has construido con la Casa de México y cómo impacta en la promoción de los diseñadores mexicanos?
Mi vínculo cultural ha ido creciendo, llegue sabiendo pocas cosas sobre ellos y cada día aprendo más. Ha sido un proceso de mucho aprendizaje y de entender que en realidad no se nada, lo que me toca a mi es enfocarme en aprender. Diario interno irme a dormir habiendo aprendido algo que no sabía.
He ido proponiendo darle ese apoyo a los diseñadores mexicanos, que ha sido mi visión, poderlos ayudar a que estudien aquí, que puedan empaparse de información, que entiendan cómo internacionalizar su marca, volverla global, pero primero en México y ya después en el mundo. Ha sido increíble esta relación.
¿Qué ha significado para ti trabajar de la mano con una institución que representa a México en el extranjero?
Ha sido algo de mucho orgullo y más que sea Casa de México en España, ha sido una institución privada y ocasionando que el apoyo realmente sea genuino. Esto para mi es una cosa muy grande, muy hermosa, de mucho valor y reconocimiento. No puedo más que estar agradecida.
¿Qué legado esperas dejar a través de esta colaboración en términos de moda y cultura?
Yo se que cuando me muera nadie se va a acordar de mí, así que realmente no busco dejar un legado, porque no siento que vaya por ahí mi pensamiento, pero se que he hecho una gran aportación a México para el diseño mexicano. El lograr que los medios se fijaran en ellos y haber sido la que peleó por ellos, es algo que me hace sentir orgullosa.
Abrirles las puertas para que empiecen sus marcas en Europa, creo que va a ser un buen legado. Si me recuerdan o no, se que por lo menos con mi trabajo, logré dejar un camino en el cual la mayoría puedan experimentar la sensación de ser internacionales.
En algún momento me tocará hacer el mismo proyecto para diseñadores españoles en México, abrirles también las puertas y que haya un intercambio cultural verdadero. Ahorita estoy concentrada que los diseñadores mexicanos lo logren aquí en España, pero son pasos que voy dando.
Excelente labor, la he seguido por los últimos años y es altamente congruente lo que leo a lo he visto y escuhado de Ella misma! 👏🏻👏🏻👏🏻 seguramente seguirá creciendo y aportando aún más! Arriba México y su gente emprendedora.