Han pasado veinticinco años desde que Amores Perros sacudió al cine mexicano y al mundo entero. Hoy, Alejandro González Iñárritu vuelve a mirar a los ojos a esa película inaugural a través de Sueño Perro: Instalación Celuloide, inaugurada en la Fondazione Prada de Milán y que viajará después a Ciudad de México y Los Ángeles. Pero más que un homenaje, el cineasta lo concibe como un reencuentro con lo que nunca vimos.

Cortesía: Fondazione Prada
“Más de un millón de pies de película fueron descartados durante la edición de Amores Perros. Dieciséis millones de cuadros estáticos permanecieron enterrados en los archivos fílmicos de la UNAM durante 25 años”, recuerda Iñárritu.
La resurrección de un archivo

Cortesía: Fondazione Prada
“Con motivo del aniversario de la película, sentí la necesidad de volver a visitar y explorar estos fragmentos abandonados, con el grano y los fantasmas del celuloide que encierran.”

Foto:DSL Studio–Delfino Sisto Legnani and Melania Dalle Grave /@delfino_sl @melaniadellegrave @dsl__studio
Cortesía Fondazione Prada
El director insiste en que esta instalación no es un tributo nostálgico:
“Desprovista de toda narrativa, esta instalación no es un homenaje, sino una resurrección —una invitación a sentir lo que nunca fue. Como reencontrarse con un viejo amigo al que nunca habíamos visto.”
En Sueño Perro, el público camina por un laberinto tenuemente iluminado, rodeado de proyectores analógicos que lanzan imágenes descartadas de la película. Rayones, claquetas y destellos de luz interrumpen el flujo visual, recordando que lo que vemos no es artificio digital, sino la materia física del cine.
“En una era de inteligencia artificial y saturación digital, me interesaba regresar al grano, al parpadeo, a esa fragilidad táctil del celuloide”, explica.

Cortesía: Fondazione Prada
El eco de México en el 2000
Más allá de la forma, Amores Perros dejó una huella porque capturó un país en plena transformación.
“La película nació del caos y la violencia de una Ciudad de México que al mismo tiempo respiraba esperanza”, reflexiona Iñárritu. El retrato fue tan brutal como humano: tres historias entrelazadas que revelaban las fracturas sociales de un país al borde del milenio.
La exposición se enriquece con “México 2000: El momento que estalló”, concebida por Juan Villoro. Ahí, recortes de prensa, fotografías de Enrique Metinides, Graciela Iturbide y Paolo Gasparini, junto con voces y sonidos, sumergen al visitante en la intensidad de aquel contexto.
“Es como volver a abrir la ventana de ese tiempo y reconocer que, aunque han pasado veinticinco años, muchas de esas tensiones siguen presentes”, apunta el cineasta.

Cortesía: Fondazione Prada
El legado cinematográfico
Para muchos, Amores Perros fue el inicio de una revolución en la narrativa cinematográfica mexicana.
“En ese momento yo no tenía una estrategia. Solo quería contar una historia con la verdad más descarnada posible”, confiesa Iñárritu.
Sin embargo, la apuesta por un lenguaje fragmentado, visceral y profundamente realista lo proyectó a festivales internacionales, donde obtuvo el Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes y una nominación al Óscar.
Ese mismo ímpetu marcó el camino hacia títulos posteriores como 21 Gramos, Babel, Biutiful, Birdman y The Revenant, todas incluidas en el ciclo que la Fondazione Prada dedica a su filmografía.
“Cada película ha sido un viaje distinto, pero todas guardan la misma obsesión: explorar lo humano en sus contradicciones”, afirma.
Una obra que sigue hablando al presente
Miuccia Prada lo sintetiza: “Veinticinco años después de su estreno, Amores Perros sigue hablando al presente y capturando, con potencia visual y emocional, la complejidad del mundo en que vivimos.”
“Nunca imaginé que la película seguiría latiendo con tanta fuerza después de un cuarto de siglo. Tal vez porque nació de algo muy íntimo y, al mismo tiempo, muy colectivo: la necesidad de entendernos en medio del caos”.
Entre el pasado y el futuro
La instalación es también una reflexión sobre la memoria y el arte de hacer cine.
“El celuloide tiene memoria. Cada rayón, cada parpadeo, cada destello cuenta una historia invisible. Hoy, al proyectar esos fragmentos, siento que el pasado vuelve a hablarnos, pero no con nostalgia, sino con la crudeza de lo que quedó pendiente”, concluye el director.
Un libro especial, editado por MACK y Fondazione Prada, acompaña el proyecto con imágenes de rodaje, storyboards y textos de figuras como Walter Salles, Denis Villeneuve y Jorge Volpi. Una manera más de confirmar que Amores Perros no es solo una película, sino un clásico contemporáneo cuya resonancia trasciende fronteras, géneros y generaciones.

Cortesía: Fondazione Prada
Lago Algo une a Sueño Perro con la gastronomía mexicana.
La exposición se presentará en Lago/Algo en la Ciudad de México del 5 de octubre de 2025 al 4 de enero de 2026 a la par de su exhibición en Fondazione Prada. Como parte de la experiencia, la exposición incluirá a la par colaboraciones culinarias con reconocidos chefs mexicanos que han definido al igual que González Iñarritu, el panorama cultural del país. Gabriela Cámara, Vicente Etchegaray, Enrique Olvera y Mónica Patiño, serán los elegidos para diseñar un menú degustación especial disponible durante la temporada de otoño 2025. Esta propuesta gastronómica complementará la instalación al ofrecer un diálogo sensorial entre cine, arte y cocina, reforzando el carácter inmersivo y multidisciplinario del proyecto.
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