Mariel Fernández es la mente detrás de Sesēn Company, una marca de suplementos alimenticios que desde hace 14 años ha encontrado su lugar en la industria del bienestar. Ha sabido sostener, hacer crecer su empresa y también dejar claro que el camino del emprendimiento no es fácil y requiere de mucho tiempo y dedicación para que tu proyecto realmente logre mantenerse.

¿Cómo nace Sesēn? ¿Qué fue lo que te llevó a crearlo?
La vida me puso el colágeno enfrente. No fue una inspiración ni una estrategia de negocio como tal. A quien hoy es mi socio, le pagaron una deuda con sacos de colágeno, y de pronto teníamos ese producto en la bodega. Fue simplemente una necesidad, había que venderlo. Así empezó todo.
¿Cómo ha sido abrir camino en una industria de salud y bienestar que hoy está tan saturada?
Empecé cuando este mundo del wellness no era lo que es hoy. La industria no estaba saturada. Y siempre tuve claro que no quería seguir tendencias ni estar viendo qué hacen los demás. Mi modelo ha sido confiar en lo que yo creo que es bueno para mis clientes y para el propósito que tengo con la marca. No creo en moverse por moda.
¿Qué buscabas ofrecer con Sesēn Room?
Sesēn Room, es una línea de cafeterías holísticas donde la calidad nutricional es prioridad. No es solo vender productos, sino generar una experiencia en la vida diaria de las personas. Que la gente sepa que puede integrar el bienestar a su rutina sin que sea complicado ni inaccesible.
¿Cuál es uno de los mayores retos que has enfrentado en esta industria?
Uno de los mayores retos es cuando el mercado se satura de productos de baja calidad que afectan la percepción general. Cuando algo se pone de moda, como el colágeno, mucha gente quiere subirse al tren con productos baratos. El problema es que si alguien prueba un colágeno de $300 que no le funciona, difícilmente se va a animar a invertir en uno de $1,500 que sí tiene la calidad necesaria. Un mal producto no solo daña a quien lo compra, daña al mercado entero.
¿Cómo garantizas que la marca esté respaldada por ciencia, pero también por empatía?
Todos los ingredientes están respaldados por estudios y por un equipo de doctores y consultores que cuidan cada fórmula. No vendemos nada que no haya sido probado y validado. Y nos mantenemos al día, no solo con modas, sino con datos reales.
En Sesēn hay mucha empatía, tanto con el equipo como con quienes nos consumen. Formar un equipo que sepa trabajar bajo presión, que sea leal y profesional, ha sido clave. Y con nuestros clientes queremos generar una experiencia que los acompañe, que se sienta cercana, real.

¿Cuál crees que es el error más común al emprender y cómo lo has vivido tú con Sesēn?
Creo que uno de los errores más comunes al emprender es querer brincar a lo siguiente muy rápido. La gente empieza un proyecto, medio le pega, y ya está viendo en qué más meterse. Yo pienso que los emprendimientos son como bebés, necesitan años de atención, de constancia. No puedes soltar un proyecto antes de tiempo.
En mi caso, entendí que, si quería que esto creciera, tenía que comprometerme de lleno. Hay mucha gente que apenas empieza a ver frutos y ya está pensando en su próximo emprendimiento. Yo creo que hay que quedarse. Quedarse, sostener el proyecto y acompañarlo como a un hijo. Sesēn ya tiene 14 años; es un adolescente. Ya hace cosas solo, pero durante mucho tiempo tuve que estar ahí todos los días.
Después de 14 años con Sesēn y de saber todo lo que hay detrás de un emprendimiento ¿Emprenderías otra vez?
Ya no quiero emprender otra vez. Me encanta mi rol actual como inversionista. Me interesa participar en proyectos de emprendedores, desde el consejo, la mentoría, poniendo dinero, pero sin operar. Ya no me veo arrancando desde cero.
También creo en diversificar, pero más que abrir mil empresas, prefiero invertir en otros proyectos donde el emprendedor esté al cien por ciento comprometido, como lo estuve yo. Eso sí, hay que tener mucho cuidado al elegir en qué y con quién invertir.
¿Cuál ha sido la lección más importante que has aprendido como emprendedora?
La lección más importante que he aprendido es: si vas a hacer algo, hazlo con todo. Si fracasa, que no sea por falta de esfuerzo. Que no sea porque no le echaste ganas. Que si no funcionó, fue por el mercado, por las circunstancias, pero no porque tú no diste lo mejor de ti.
¿Cómo defines el éxito?
Para mí, el éxito es estar feliz. Hacer algo que te guste, que te haga sentido. No es el dinero, ni el reconocimiento. Es saber que estás viviendo una vida alineada contigo. Hacer algo que te gusta, que te mueve, que te hace sentido. Es que tu vida te haga sentido a ti.
¿Te gustaría dejar algún legado?
Más que dejar un legado, me gustaría hacer una invitación. Una invitación a que las personas, mujeres, hombres, quien sea, se sientan cómodos siendo como son. Todos tenemos rarezas y formas distintas de ver la vida, de crear, de emprender. Para mí, la autenticidad es lo que realmente te lleva a ser la versión más poderosa de ti mismo. Me encantaría que, solo con mi presencia, más gente se animara a abrazar su diferencia y transformar eso en algo valioso. No somos perfectos, pero todos tenemos algo que aportar.
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