El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernandez, dirigido por Salvador López López, se ha unido con el fotógrafo danés Jacob Gils para su más reciente exposición como parte de su serie Movements. En esta colaboración titulada, Spirit of México, se retrataron a los bailarines en algunas de las locaciones más icónicas del país, como el palacio de correos, Teotihuacan, el mismo Bellas Artes, entre otros. Para contarnos todo sobre esta colaboración contamos con Salvador López M., compositor y arreglista del Ballet:

¿Cómo es que llega el Ballet a tu vida?
Soy bisnieto de Amalia Hernández, la fundadora del ballet. Crecí en el ballet desde niño, desde la carriola me la vivía en Bellas Artes. Me llevaban a todas las giras: Japón, Estados Unidos, Europa, a todos lados. No diría que nací con ello, pero crecí en este ambiente, y la música me envolvió. Desde chico quería hacer música para películas, y también me dedico a eso, aparte del ballet.
Llegó un punto en el que comencé a involucrarme más, tanto en el negocio como en los arreglos. Los arreglos del ballet son muy antiguos, de los años 70 u 80, y le propuse a mi papá, que es el director general, hacer nuevas propuestas. Les envié algunos arreglos, les gustaron, y ya llevo cinco años involucrado en el ballet.
¿Qué dirías que has aportado al Ballet desde que te has involucrado?
Yo creo que he incorporado un toque épico. Como también hago música de cine, tiendo a hacer todo más grande. Antes, por ejemplo, un baile podía tener un tambor y una flauta; ahora tiene veinte tambores, tres flautas y grabaciones con orquestas como la de Budapest. También he trabajado con músicos de renombre internacional que tienen este sentido innato de lo cinematográfico. Además, incluyo elementos electrónicos que, aunque no se noten claramente, están ahí y hacen que todo suene más grande.

Hablando de la exposición “Movement: Spirit of Mexico” ¿cómo se dio este acercamiento con Jacob?
Dos de mis socios, Federica del Valle y José Olivares, ya lo conocían. Federica trabajó en la galería que lo representa y estuvieron juntos en Zona Maco. Le propusimos hacer algo relacionado con el ballet porque su colección se llama Movement. Le pareció muy interesante la idea de mezclar bailarines con monumentos y edificios emblemáticos de México. Después de varias pláticas, Jacob vino a hacer las sesiones en mayo.
¿Cómo fue el proceso creativo?
Estuvimos ahí los diez días que estuvo Jacob. Fue pesado porque salíamos de casa a las seis de la mañana para recogerlo y dirigirnos a las locaciones. Fue mágico verlo trabajar, tomando cientos de fotografías desde ángulos que no entendíamos, pero luego veíamos los resultados y eran increíbles.

¿Cuál fue tu primera reacción cuando viste las obras terminadas?
Sentí que era algo totalmente diferente a lo que hemos hecho. Es algo nuevo y fresco, que combina lo tradicional con lo moderno, y puede acercar a muchas personas al ballet y a las tradiciones de México.
¿Qué te gustaría que el público se lleve al ver esta exposición?
Que estén orgullosos de México, de nuestras raíces y tradiciones. Hay que saber de dónde venimos para valorar quiénes somos.¿Cómo ves el futuro del Ballet Folklórico de Amalia Hernández en el futuro?
La meta es seguir buscando proyectos que den frescura al ballet y que más personas se acerquen a él. Estamos abiertos a colaborar con diferentes artes como escultura, pintura, fotografía. Queremos llegar a más personas por diversos medios y seguir siendo un referente cultural de México ante el mundo.
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