En un escenario donde la música lo es todo, Ceci de la Cueva se convierte en mucho más que una intérprete: es fuerza, emoción y autenticidad. Reconocida por su potente voz y su presencia escénica magnética, Ceci ha dejado una huella imborrable en cada musical que ha pisado, desde los grandes clásicos hasta proyectos como Myst. Este show, que mezcla nostalgia, energía en vivo y una puesta en escena vibrante, ha sido para ella una plataforma para seguir creciendo como artista y conectar con el público desde lo más profundo de la emoción.

Cuéntame un poquito sobre cómo llegaste a Myst. ¿Qué te trajo al proyecto? ¿Por qué decidiste formar parte de esto?
Fíjate que soy uno de los cuatro elementos que quedamos de la compañía original, a quienes llamamos la “generación cero”. Myst comenzó como un regalo muy generoso, un show privado para apapachar a alguien por su cumpleaños. Yo participé en esa primera edición, cuando todavía era algo muy íntimo y sin planes masivos para el público.
Unos meses después, el show empezó a tomar forma para la gente, y yo ya tenía el antecedente de lo que habíamos hecho antes. Desde entonces, no hemos parado. No puedo creer que ya cumplimos nueve años, y que hemos recorrido muchos escenarios.
Nosotros iniciamos un nicho dentro del entretenimiento que antes no existía en México: el Night Live con música en vivo, un concepto que desde entonces se ha replicado porque al público le gusta mucho. Somos pioneros en esto, y espero que nuestra historia quede en la memoria del entretenimiento nacional.
¿Cómo se sienten de haber logrado nueve años manteniendo una temporada con más de mil funciones y que aún siga vigente?
Sentimos muchísimo orgullo, claro. Somos una compañía con mucha historia, hemos tenido muchos artistas que forman parte de Myst. Aunque cada uno somos artistas independientes, seguimos activos haciendo películas, series y otros shows en vivo.
Por ejemplo, tengo compañeras en el Rey León, y hace poco un compañero estuvo en Los Miserables. Pero todos los fines de semana nos reunimos como grandes artistas y, sobre todo, grandes amigos, para dar un show increíble porque amamos lo que hacemos.
Hemos tenido muchas conversaciones internas y creemos que somos de los artistas más talentosos que hay en México hoy. Lo mejor es que no hay lucha de egos, sino que cada uno aporta su fuerza para enaltecer al otro, cada quien con su poder para apoyar al equipo.
¿Qué hace único a Myst en comparación con otros espectáculos en los que has estado?
Tenemos muchos elementos que nos hacen únicos. Primero, creamos los shows desde cero: desde la selección precisa de cada canción, hasta la coreografía y el vestuario, que están diseñados específicamente para el público mexicano.
Nuestro director, Felipe Fernández del Paso, y nuestros productores trabajan en cada detalle. Prueban las canciones, ajustan las coreografías, y el vestuario es comprado directamente en lugares como Grecia, España, Las Vegas y Nueva York para asegurar un nivel internacional.
Además, el nivel de artistas que tenemos en Myst no existe en ningún otro lado. En muchos shows hay uno o dos protagonistas principales, pero aquí todos somos protagonistas: cantantes, bailarines, todos tenemos nuestro momento para brillar.
Encabezados por nuestro maestro Chacho Gaitán, quien crea todo el espectáculo musicalmente y también se presenta con nosotros, formamos una mezcla única de talento, vestuario, iluminación y producción que hace que el público nos busque una y otra vez.
¿Cuál es tu show favorito de Myst? ¿Hay alguno que sientas especial?
Para mí, cada show es como un hijito, y aunque tengo más afinidad con algunos, todos tienen algo muy especial. Por ejemplo, Viviendo de Noche y Abrázame, que son shows con música en español, tienen una conexión especial con el público que no sé si tiene que ver con el idioma, pero se vuelve una verdadera fiesta mexicana.
Me encanta ver cómo, aunque la gente no se conozca, termina abrazándose y bailando de un extremo a otro. Es impresionante ver esa mezcla de alegría y asombro en el público.
Personalmente disfruto mucho hacer Disney, porque apela a una parte muy importante y tierna de mí. También me fascina Euforia, que combina inglés y español, y tiene un efecto muy especial en mí. Pero no puedo decir que tenga un favorito absoluto, porque todos me hacen sentir algo único.
¿Cuál ha sido tu momento más memorable en el escenario durante Myst?
He tenido muchos momentos especiales, pero uno que recuerdo muy claro fue hace poco, hace como mes y medio o dos meses, cuando murió mi abuelita, que fue una guerrera de 101 años. Ese día tuve función, y toda la mañana fue muy complicada, difícil para toda mi familia: mi papá, mis tíos, mis primos.
Para la noche yo ya estaba muy cansada, mental, emocional y físicamente. Llegué al teatro y mis compañeros me recibieron con mucho amor, dedicándome la función a mí y a mi familia, en honor a mi abuelita. Sabemos que ella está en paz.
Cuando salí al escenario sentí unas ganas enormes de llorar, pero también me dije: “Esta chica tiene que trabajar”. Y algo en mí se apoderó y decidí transformar esa tristeza en felicidad, porque mi abuelita vivió una vida hermosa. Amo mi trabajo y cantar esa noche fue un momento muy bonito, una de las mejores funciones que he dado.
La canción que canté fue “I Will Always Love You” de Whitney Houston, y aunque quería llorar, lo hice desde el gozo de vivir y de amar lo que hago. Ese recuerdo es precioso para mí.
Además, en Disney trabajamos con la asociación Doctor Sonrisas, que apoya a niños con enfermedades difíciles, y cada vez que canto para ellos y veo esas caritas felices, siento que mi corazón se me sale del pecho.
Myst tiene algo muy especial, y me siento agradecida con el público y con la prensa porque gracias a ellos seguimos vivos después de nueve años.

Si alguien va por primera vez a Myst, ¿cuál es el show que no se pueden perder?
Es difícil elegir porque Myst, después de nueve años, es algo que tienes que vivir para entenderlo. Si tuviera que usar adjetivos, diría que es un show de música que nunca para, que conecta con el corazón y los recuerdos, porque la música es el único lenguaje universal. No importa el idioma, el género o la edad, todos entendemos la música.
Cuando llegas a Myst, empiezas a compartir un momento donde se crea una conexión energética entre el público y los artistas. Cada noche es diferente, y se vuelve un portal para recordar para qué estamos en este mundo, que no todos los problemas son tan importantes, que el arte cura, y que la vida es bella.
La gente sale feliz, como si cargara su batería al 100%. Es una experiencia increíble que puedes compartir con tus papás, amigos o quien quieras, y seguro todos la disfrutan igual.
¿Y tú, cómo has evolucionado desde que participas en Myst, tanto en tu estilo vocal como actoral? ¿Qué sientes qué ha cambiado?
La verdad, suena padrísimo porque yo había trabajado con Chacho, con Felipe, conocí a Alexis, a Memo, que son mis productores, y a María Laura naturalmente. Entonces dije: “¡Qué padre!” y empecé a hacer el show. Fue la primera vez que empecé a descubrir, Ceci no como actriz, porque Ceci lleva haciendo teatro, series y películas desde los 17 años, sino a Ceci artista, a Ceci sola, sin una etiqueta de personaje.
Al principio fue muy confrontativo porque dices: “¿Quién soy en el escenario? Nadie me da direcciones, nadie me dice cómo moverme, qué hacer, cómo interpretar esto”. No soy Madonna ni Whitney Houston ni Britney Spears, que son las artistas que interpreto en el show. No es un show para imitar; es “¿Quién es Ceci cantando a Madonna? ¿Quién es Ceci cantando a Whitney Houston? ¿Quién es Ceci cantando?”.
Estos nueve años han sido un enorme recorrido de descubrirme a mí como artista, qué me gusta, qué no, cómo me muevo, mi tipo de canto. Porque muchas obras tienen un tipo de canto específico: unas más técnicas, más operísticas, como Wicked que mezcla un poco ambos estilos, pero aquí es “¿Quién quiero ser yo?”. Y es hermoso porque conforme avanzo como persona, mujer y humana, también evoluciona mi artista.
Me encanta ese ejercicio y espero nunca dejar de hacerlo. Si eres artista y solo ensayas en tu estudio pero no actúas frente a gente en vivo, algo no termina de cerrarse. La experiencia en vivo es mágica. Hay algo que no se puede aprender solo con cine o teatro grabado, o con obras fijas.
La interpretación en vivo tiene un manejo energético especial, que solo logras con la práctica constante. Cada show es diferente, porque lees al público: “¿Necesitan más graves? ¿Más intensidad?” y te adaptas. Eso solo lo logras después de nueve años de funciones viernes, sábados y algunas veces entre semana, dando funciones.
¿Sientes que Myst te ha retado de forma distinta a otros proyectos? ¿En qué sentido?
Sin duda. Porque creamos el show desde cero y vamos ajustando todo durante la temporada. Mi director ama los cambios rápidos, y para nosotras, las actrices, eso es lo más complicado. cambiarse de vestuario, zapatos, peinados, maquillaje en segundos.
Eso no pasa cuando haces un musical establecido, como Wicked o Chicago, donde ya te dan un mapa claro. Aquí, junto con el director y los productores, vamos arreglando las fallas sobre la marcha.
Además, viajamos mucho, no solo por México, sino también para eventos privados fuera del país, y manejar una compañía de más de 60 personas es toda una experiencia y un reto.
Hay que descubrir nuevas formas de convivir, trabajar y viajar juntos. Por ejemplo, tenemos dos cantantes nuevas, Ester y Paula, y no es solo aprender canciones o coreografías. Lo más importante es aprender a regular la energía, a descubrir quién eres como artista. Ellas creían que con aprenderse las canciones bastaba, pero Myst exige mucho más.
Cada aniversario, nuestros productores nos regalan un show nuevo para aprender y mantener la memoria activa. Es todo un arte, de verdad, un constante reto y evolución.
¿Qué consejo le darías a una joven actriz que sueña con estar en un espectáculo como Myst?
Ay, no sabes, lo he pensado muchas veces. ¿Qué me gustaría decirle a la gente que quiere dedicarse a nuestro rubro? ¿Qué me diría a mí de pequeña? Y la verdad es muy sencilla: no dejes de trabajar en ti.
Trabaja en tu voz, en tu cuerpo, toma clases de danza, conócete, conoce tu voz. No dudes de tu verdad, porque hay muchísimos artistas allá afuera, y siempre va a haber alguien que cante más alto que tú, que saque notas más graves o más agudas, alguien más alto, más bajito, más flaco, más gordito, con un cuerpazo o con más talento en alguna área. Siempre va a haber “más”.
Entonces, si tú solo te enfocas en ti y en tu superpoder, en lo que te hace único y eso solo tú lo puedes descubrir, y te dedicas a dejarte llevar por la vida sin perseguir obsesivamente, sino a buscar tus oportunidades, te juro que vas a vivir una vida muy plena y exitosa.
Para mí, el éxito es levantarme todos los días con ganas de vivir, con ganas de seguir viviendo 120 años más. No estoy cansada de pelear porque la vida no es perfecta.
Recibo miles de “no” en audiciones para películas, series o conducciones. Pero el punto es enfocarte en los “sí”, en quién eres, y en que te encuentre la gente que realmente valore tu arte, que lo cuide y lo respete. Ahí es donde tienes que trabajar.
¿Qué aprendizajes te ha dejado trabajar con un elenco tan diverso y talentoso?
Siento que han sido mis grandes maestros todos los artistas: Sofía Garza, Alex Brizuela, Óscar Jiménez, Carla Centeno,que ahora es la estelar de Malinche, el musical, Laura de Freitas, esa voz que tiene, la amo.
Aprendo mucho artísticamente y también humanamente de ellos. Myst me ha recordado que usar mi voz para que otros artistas sean vistos y escuchados no es una opción, es necesario, y se siente hermoso.
Hacer equipo te hace invencible. Cuando reconoces tu arte y tu talento y decides compartir el escenario con gente que respetas y valoras, te vuelves imparable.
En nuestro ámbito hay mucha lucha de egos, pero al final, no es que alguien sea mejor que tú. Compartir el escenario con alguien no te quita validez o valor, al contrario, se suma.
Estamos viendo esto en la música, artistas haciendo colaboraciones, trabajando juntos para enaltecer un mensaje, una historia, un show, una canción. Eso es hacia donde va la evolución humana, para eso venimos.
Me enorgullece seguir poniendo el ejemplo con mis compañeros. Somos de lo mejor que existe en artistas mexicanos, y todos dejamos nuestras actividades para reunirnos como amigos y dar el mejor show que podemos, cada fin de semana.
Yo termino una función, el doblaje o la premier de Wicked, y me voy a platicar con mis amigos. Óscar que ya grabó su disco, Sofía que terminó de grabar una serie o película, y es hermoso compartir eso.
Si pudieras incluir cualquier canción en Myst, ¿cuál sería y por qué?
Justo ayer estaba pensando eso con una amiga de Myst. Me encantaría poner I Wanna Dance with Somebody de Whitney Houston, esa canción que todos conocemos, que siento que estaría increíble y haría un gran show.
¿Cómo te gustaría que te recordaran en Myst? ¿Cómo quisieras que la gente lo vea dentro de cinco o diez años?
Me gustaría que recuerden que pasaron una noche preciosa, que se dejaron llevar por nuestras voces y nos permitieron ese espacio, ese tiempo para ser escuchados, divertirnos juntos y, sobre todo, co-crear una noche donde la vida se siente bella.
Una noche en la que no tienes que pensar en los impuestos que hay que pagar, en que se ponchó la llanta, en las preocupaciones del día a día, todo eso que a veces nos pesa.
Me gusta pensar que si algo te duele en el cuerpo, vas al médico; si algo no anda bien emocionalmente, vas al psicólogo o psiquiatra, porque la salud mental es súper importante. Pero si algo no está bien en el alma o en el corazón, siempre recurres al arte. Para mí, los artistas somos como médicos del alma: no tienes que hacer nada, solo siéntate y déjanos hacer lo nuestro para curar ese corazoncito.
Para eso es el arte. Yo me dedico a esto porque, en algún momento, me senté en esas butacas y vi obras que me cambiaron la vida.
Vi obras que me hicieron entender por qué me molestaban o me sentía rara. Sufrí mucho bullying de chiquita y nunca me sentí parte de nada. Crecí aprendiendo a cómo comportarme para que me dejaran de molestar, pero amigos como tal no tenía.
Un día vi Wicked y dije: “Soy verde, y ser verde es bueno.” Y mi vida cambió. Por eso el arte es tan poderoso: nos ayuda a entender nuestro camino, lo que nos está pasando, y además lo hace con música hermosa, vestuarios bellos, palabras lindas, movimientos, danza, coreografía, voces que llegan al alma y qué mejor manera de entender el mundo que a través del arte.
¿Qué proyectos vienen para ti después de Myst? ¿Vas a seguir en el show?
Pues mira, tengo en mente seguir en Myst hasta que pueda.
También he hecho muchos proyectos paralelos: tres películas, algunas series, todo mientras estoy en Myst. A veces tengo que decir “no” a alguna función porque tengo llamado nocturno para grabaciones, entonces organizo bien mis horarios.
Este año estoy por empezar a grabar el doblaje de la segunda película de Wicked y acabo de terminar una película que está muy divertida, mucha comedia, y que pronto va a salir no puedo dar detalles, pero está padrísima.
Solo quiero seguir dejándome sorprender por la vida como hasta ahora. Amo contar historias, hacerlo con vestuarios bellos, música preciosa, y que me den ese espacio en el escenario para seguir desarrollando mi arte y compartirlo con todo el público que quiera escuchar.
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