No es noticia que San Miguel de Allende es de los mejores destinos para una escapada de fin de semana o una un poquito más larga. Y es que no es de culpar, cuando es de los lugares que ofrecen actividades de todo y para todos. Es un destino que se vive con todos los sentidos.
Sus calles empedradas y sus casonas han sido el ambiente perfecto, casi como un invernadero, para convertirse en uno de los epicentros de arte, cultura, wellness, y gastronomía. Con distintas propuestas culinarias albergando detrás de muchos de sus portones de madera, San Miguel de Allende se reafirma como un espacio donde el buen comer y beber es una promesa cumplida, y hasta los paladares más difíciles se deleitan.
Sazón
Y es justo en este escenario culinario donde Casa Sierra Nevada, A Belmond Hotel, vuelve a abrir las puertas de su escuela de cocina: Sazón. Un espacio, que entre cerámica, talavera y el calor de la estufa, se convierte en un puente que conecta lo tradicional con lo contemporáneo, rindiendo homenaje al arte gastronómico del Bajío. Bajo la dirección del Chef Rubén Yáñez, Sazón no solo ofrece clases prácticas y recorridos por el mercado, sino una inmersión en las cocinas de México, convirtiendo cada platillo en un verdadero viaje cultural.



Belmond celebró la reapertura de este espacio con una activación: “The Apron Gathering”. Un encuentro que reunió a distintas manos del mundo gastronómico y artesanos para rendir tributo al mandil como una herramienta de crear comunidad.
Casa Sierra Nevada, A Belmond Hotel
En el corazón de San Miguel de Allende, una mansión del siglo XVIII alberga el entorno perfecto donde la complicidad entre el lujo, la hospitalidad y la sofisticación se fusionan para descubrir el espíritu que solo México tiene.



Apostando por este tipo de experiencias culinarias con propósito y un profundo sentido de lugar, Belmond confirma su compromiso con la narrativa cultural en el país. Posicionando a Sazón como un referente y un punto de encuentro para todos los amantes del buen comer, que están dispuestos a ponerse el mandil.
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