Cuando me invitaron de parte de Gastronomía Palacio a celebrar la llegada de los chiles en nogada, entendí que el escenario elegido no era casualidad, sino parte del mensaje: orgullo mexicano, un renacer de nuestras raíces y un tributo a la historia de México a través de lo mejor que tenemos: nuestra gastronomía.

Y qué mejor lugar que la Hacienda Zotoluca en Apan, Hidalgo, de mi querido amigo Julio Uribe, espacio que vi en ruinas hace una década y que hoy se levanta con fuerza para honrar nuestras tradiciones mexicanas.
Entre muros centenarios y una arquitectura imponente, se rindió homenaje a uno de los platillos más emblemáticos de nuestra cocina: el chile en nogada. Una experiencia donde tradición, arte y estilo se encontraron en perfecta armonía.

El chile en nogada, preparado con ingredientes de Calpan, Puebla, fue el corazón de la velada: un platillo que guarda los colores de la patria y que en manos de Gastronomía Palacio se transforma cada año en un símbolo de elegancia y orgullo nacional. El maridaje elevó aún más la experiencia con champagne Taittinger, los vinos de Adobe Guadalupe y el innovador Dobel MX, primer tequila añejado en barricas de roble mexicano.

El arte tuvo un papel central de la mano del artista tapatío Andrés Monnier, quien intervino los espacios de la hacienda con piezas creadas especialmente para la ocasión. Su plato en mármol negro, acompañado por la vajilla Manufacture Rock de Villeroy & Boch, convirtió cada mesa en una instalación escultórica, recordándonos que la gastronomía también puede ser poesía materializada.

Más allá de la mesa, la experiencia se expandió con talleres de flores junto a Acqua di Parma, un recorrido sonoro de Sonos y una actividad creativa con Taittinger y el Club Cava Palacio. El momento más emocionante fue el mariachi, que acompañó los instantes en que los invitados degustaban el chile en nogada: una escena que quedará grabada en la memoria colectiva. Al caer la noche, la música en vivo y una barra de Tequila Dobel pusieron el broche de oro a la jornada.

En un espacio donde dialogan siglos de historia, Gastronomía Palacio reafirmó su compromiso con exaltar nuestras tradiciones con sofisticación y creatividad. El chile en nogada no fue solo un plato, sino el hilo conductor de un homenaje a la cultura, al arte y a la riqueza de México, narrado en cada detalle de una experiencia inolvidable.





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