Tiempos de transformación con la Nueva Clase G

Hoy vivimos en épocas de transformación, el mundo a nuestro alrededor está en constante cambio, y marcas con una gran importancia en nuestro país, como Mercedes-Benz, no podrían quedarse atrás. Durante tres días en la península de Baja California, probamos en la #GExpedition los límites de la nueva generación de Clase G en sus múltiples variantes, desde la disruptiva y emocionante G580, que nos impresionó con su tecnología de G-Turn y G-Steering, hasta la legendaria G63, con su motor V8 4.0 Biturbo el cual aún no puedo olvidar. Conversamos con Stefan Albrecht, CEO de Mercedes Benz México y responsable de marketing y ventas en Latinoamérica sobre la transformación que se vive en el mundo automotriz, la relación entre la marca y México, además las expectativas que él tiene para la marca alemana a futuro en nuestro país:

¿Cuándo es que comienzas tu carrera con Mercedes Benz y cómo es que llegas a ser el CEO de México y Latinoamérica?

Entré a la empresa en 1992, cuando Mercedes-Benz, en ese entonces Daimler-Benz, creó un fondo de capital de riesgo. Daimler-Benz era un conglomerado industrial con una división en donde vendíamos tecnologías militares. Pero queríamos enfocarnos en el negocio automotriz y la empresa tenía un gran departamento de I+D que cubría todos los sectores industriales.

Resulta que las tecnologías del segmento industrial y militar ya no tenían uso, pero había un excedente de empleados. Entonces, la idea fue crear un fondo de capital de riesgo para apoyar a los empleados que querían emprender con esas tecnologías.

Es decir, si alguien veía una oportunidad comercial en una tecnología, como las tecnologías de sensores, presentaba un plan de negocio. Si era viable, les ayudábamos y les dábamos capital inicial. Así fundaban sus empresas y, a cambio, tomábamos una participación en ellas y las acompañábamos en su crecimiento.

Después de cinco años en capital de riesgo, vino la fusión con Chrysler y la crisis económica. Decidimos vender el fondo de capital de riesgo, y mi tarea fue vender la empresa. Luego pasé al área de fusiones y adquisiciones y me encargué de las transacciones en Asia-Pacífico, aunque también algunas en Europa. En algún momento quise hacer algo diferente y tuve la oportunidad de ir a China para establecer una empresa conjunta de camiones. Estuve cinco años ahí y después me trasladé a Japón, pasé del área de camiones a la de autos de pasajeros, después de un paso por Corea es como llegué a este puesto aquí en México. 

¿Qué significa Mercedes-Benz para ti?

Mercedes-Benz representa la tecnología alemana. En el sector automotriz, es famoso por haber inventado el automóvil. Después de más de 130 años, sigue siendo la marca de automóviles más valiosa del mundo. No importa en qué parte del mundo estés, ya sea en Asia o en Latinoamérica, Mercedes-Benz tiene una de las imágenes más brillantes. La marca representa para mi la tecnología, el lujo y por supuesto los automóviles.

¿Cuál es la relación entre Mercedes Benz y México?

México es el mercado más importante para nosotros en Latinoamérica. Hace algunos años, trasladamos nuestra sede regional de Latinoamérica de Brasil a México. Ahora mi responsabilidad abarca toda la región, pero el centro de operaciones está en aquí porque es nuestro mercado más relevante en la región.

¿Cuál es el mayor desafío que enfrentan actualmente en el mercado mexicano?

El mayor desafío para nosotros en México es la transición de los vehículos de combustión a la electromovilidad y acompañar ese proceso hacia el futuro. Cada mercado evoluciona de manera distinta, pero Mercedes debe adaptarse para ofrecer lo mejor en cada uno y satisfacer las necesidades de los clientes. Tenemos que estar preparados y desarrollar los productos adecuados para que estén disponibles en el momento correcto. Eso es un reto, porque la evolución es muy heterogénea a nivel global. Al operar en distintos mercados, debemos tener respuestas para todos ellos, y eso no es fácil.

¿Cómo está avanzando esta transformación en México?

Comparado con otros mercados como Europa, Asia o incluso los Estados Unidos, la transformación en México es relativamente lenta. Pero llegará, y debemos estar listos para ofrecer lo que los clientes esperan cuando esta suceda.

Estamos en Baja California Sur probando la nueva Clase G. ¿Qué es lo más emocionante de esta nueva generación, tanto del modelo eléctrico G580 como en la legendaria G63?

Lo más impresionante es cómo Mercedes-Benz logró  trasladar la esencia icónica de la Clase G a la versión eléctrica sin perder su identidad. De hecho, incluso ha mejorado, ya que las capacidades todoterreno del G580 han superado a las de los modelos de combustión.

No solo se logró hacer la transición de motores de combustión a  la propulsión eléctrica, sino que se hizo manteniendo el ADN del modelo.  Además, mejoraron su rendimiento en off-road. La Clase G es sinónimo de todoterreno, y en su categoría es el vehículo con mejor desempeño del mundo. La versión eléctrica lleva esas capacidades aún más lejos, la transformación ha sido todo un éxito.

¿Por qué probar las camionetas en lugares y situaciones como la que nos encontramos actualmente es importante para la marca?

La nueva generación de la Clase G tiene varias innovaciones. A simple vista, no parece tan diferente de los modelos anteriores, pero las mejoras se pueden percibir al conducirlo. Por eso, seleccionamos una ubicación como lo es la Península de Baja California, donde se pueda probar el vehículo en condiciones óptimas y apreciar sus nuevas y emocionantes características.

¿Cuál es la visión de Stefan Albrecht para Mercedes-Benz en México en los próximos años?

Me gustaría ver que la marca sigue creciendo, cumpliendo con la satisfacción del cliente de la mejor manera posible. Somos una marca de lujo y nos diferenciamos claramente de la competencia. Esto, por supuesto,  también implica un nivel de exigencia por parte de nuestros clientes. Pagan un precio más alto y por lo mismo esperan un desempeño superior. Mi objetivo es que no solo cumplamos sus expectativas, sino que las sobrepasemos y los  sorprendemos con lo que ofrecemos. Si logramos esto, habremos hecho un buen trabajo.