Sin muchas intenciones de ser un filme que se presente en festivales o que pudiera ser contemplado para cualquier tipo de reconocimiento, Déjame estar contigo reivindica a las comedias románticas mexicanas en la pantalla grande.
Aceptémoslo, cuando de cine mexicano se trata, estamos acostumbrados a ver las mismas caras una y otra vez, más cuando se trata de comedias e historias románticas, y no es que dude del talento de muchos de los que una y otra vez protagonizan estos largometrajes, sin embargo, sí es una realidad que llega a cansar el ver siempre lo mismo en pantalla. Ante esta situación, Déjame estar contigo se presenta como una propuesta fresca, llena de talento, con caras nuevas y con diálogos mucho mejor estructurados e incluso con una comedia mucho más inteligente.
Una premisa conocida
Si hay un elemento al que constantemente recurren las comedias románticas y más si estas se centran en historias adolescentes, es el hecho de que uno de los protagonistas suele presentar alguna enfermedad que pone en riesgo su vida e historia de amor. Esto lo hemos visto tanto en filmes nacionales como internacionales, muy al estilo de A Walk to Remember o The Fault In Our Stars, y entiendo el porqué de su existencia, sin embargo, en el caso de Déjame estar contigo, más allá de que parece ser la premisa del filme, este consigue dar un giro inesperado, abordando muchos más temas en los cerca de 80 minutos que dura el largometraje.
Volver a casa
Más allá de la historia de amor entre los protagonistas del filme, una de las problemáticas principales que exponen en Déjame estar contigo es la migración y deportación del país vecino, siendo Bruno (Aksel Gómez) un mexicano que a los cinco años cruzó la frontera junto a su familia en búsqueda del sueño americano. Sin embargo, luego de ser detenido por cometer un delito es deportado a México, siendo separado de su familia. Su único deseo: volver a estar en casa.
Cuando no tienes papales en Estados Unidos, tienes que hacer todo perfecto, y un día no quise ser perfecto”.
Esta y otras tantas declaraciones comparte el protagonista de esta historia, exponiendo su sentir ante el simple hecho de ser un adolescente que tiene derecho a equivocarse, pero que quizá no merecía ser separado de su familia.
No obstante, Lu (Andrea Sutton), la otra protagonista de la historia, responde sin invalidar su sentir. “En alguna parte de este lugar esta tu casa, dale una oportunidad”, haciéndole ver que, más allá de los hechos ocurridos, tiene toda una vida por delante y con ella, la oportunidad de volver a comenzar y de encontrar su lugar en su país natal. Un mensaje de esperanza que, a mi parecer llega en el momento perfecto frente a la situación que se vive actualmente en Estados Unidos.
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México por todo lo alto
“Para sobrevivir en esta ciudad debes poner todos tus sentidos a prueba”, le dice en un momento dado Lu a Bruno, invitándolo a cerrar sus ojos y dejarse guiar a través del olfato, el oído, el gusto y el tacto, para conocer a fondo la riqueza de México. Ello nos lleva como espectadores a empaparnos de la riqueza histórica, cultural y coloquial de nuestro país, pintando de color la pantalla entre nuestras tradiciones, sabores, olores, lugares y mucho más de todo lo que México tiene para dar.
Asimismo, es a través de la calidez de la gente, del escuchar al otro, buscar apoyar a los demás o simplemente abrirle las puertas de un hogar a un “desconocido”, como exponen de una gran manera, el encanto de los mexicanos, pues si algo sabemos hacer muy bien es recibir con los brazos abiertos a todo aquel que nos visita.
México diverso y expuesto
Finalmente, otro gran acierto con el que cuenta Déjame estar contigo es la diversidad que hoy se vive en México. Alguna vez, en una entrevista, una reconocida periodista me dijo: “México es un país de contrastes”, hoy más que nunca lo entiendo y lo celebro. Sin embargo, hoy, además de contrastes, yo veo y vivo un país que celebra la diversidad, misma que es expuesta en pantalla con algunos detalles, pues si algo queda claro con este filme es que el cine puede ser un gran reflejo de una sociedad en la actualidad.
Déjame estar contigo
Como lo mencioné al inicio del texto, Déjame estar contigo presenta a caras frescas en la pantalla, por ello, hago una mención especial a Aksel Gómez y Andrea Sutton, protagonistas de esta gran historia y quienes se presentan como aire fresco y lleno de talento para el cine en México. Claro está, sin olvidarnos de la participación de grandes actrices como Silvia Navarro, quien constantemente demuestra de qué está hecha. Recomendación especial: Tengo que morir todas las noches, una serie de Prime en la que también participa Navarro y al igual que en este filme, nos brinda una gran cátedra en interpretación.
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