Octubre se pinta de rosa con ARTEria, una exposición colectiva que entrelaza arte, esperanza y solidaridad en apoyo a la Fundación Cima.
“ARTEria se refiere a las arterias que dan vida y que están conectadas con el corazón de las personas. El arte hace lo mismo: une, transforma y sana”- Sara Cuéllar, creadora del proyecto.
Las protagonistas: las artistas rosas
Si bien la iniciativa conecta con la misión de Fundación Cima, el verdadero corazón de ARTEria son las artistas que donan su obra y su sensibilidad para transformar la lucha contra el cáncer de mama en un gesto colectivo.
Carolina Pavia, con su estilo de fuerza y color, convierte lo cotidiano en símbolos de resistencia.
Gilda Garza, reconocida internacionalmente, imprime en sus piezas un sello vibrante que celebra la vida y la feminidad.
Verónica Vicario, con una obra íntima y poderosa, ofrece una mirada de introspección y esperanza.
Todas ellas no solo exhiben su talento, sino que también hacen tangible la posibilidad de generar impacto a través del arte.



Fundación Cima: 23 años transformando vidas
Para Alejandra de Cima, el arte es una vía para amplificar un mensaje urgente: la prevención y el diagnóstico oportuno del cáncer de mama.
“En Cima buscamos formas creativas y nuevas de hablar del tema. El cáncer de mama puede ser curable en la gran mayoría de los casos si se detecta a tiempo. Es inaceptable que esto no suceda en México”, señala.

El camino no ha sido sencillo. “Lo más difícil ha sido trabajar para ayudar a las pacientes con cáncer de mama a navegar un sistema público de salud fragmentado y con muchas fallas”, confiesa. “Pero lo más gratificante es saber que hemos cambiado la vida de muchas familias a lo largo de estos 23 años. Lo vemos en los mensajes, los correos y, muchas veces, en el rostro de las mismas pacientes”.
Lo que la mueve ya no es solo motivación, sino convicción: “Que el cáncer de mama deje de ser un tema tabú y se convierta en una conversación abierta de prevención y esperanza”.
ARTEria como puente
A través de esta exposición, Fundación Cima busca que los visitantes vivan el arte con conciencia: “Que disfruten, sientan y reconozcan que hay un problema del que todos formamos parte, aún cuando estemos sanos. Que se informen y compartan los mensajes de prevención con sus familias”, apunta Alejandra.
En ese sentido, ARTEria se convierte en un puente: entre artistas y coleccionistas, entre creatividad y salud, entre arte y vida.
“Espero que inspire a otros artistas, marcas y galerías a acercarse a una causa. Todos seremos pacientes en algún momento de nuestras vidas; por empatía y responsabilidad, debemos adoptar una causa para ayudar”, subraya.
Un mensaje de vida
Detrás de ARTEria también está un mensaje dirigido a quienes enfrentan hoy un diagnóstico: “Que no es un camino fácil y que da miedo, pero que sepan que dentro de ellas existe una fortaleza innata. Esa actitud puede ayudar a preparar su cuerpo y su espíritu para aceptar el tratamiento”, comparte Alejandra.
Para ella, la palabra que define todo este esfuerzo es clara: Misión. Una misión que late en cada arteria de esta exposición y que invita a todos a ser parte del cambio.
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