Tuvimos la oportunidad de platicar con Gabriela Cartol, quien da vida a Rosario, una enfermera que arriesga todo para salvar vidas, en la serie Cada Minuto Cuenta, que relata los sucesos del terremoto de 1985 en México.
¿Cómo fue contar una historia basada en hechos reales, que sabemos que lastimó y marcó a toda una generación?
Contarlo desde el respeto. Desde las personas que perdieron la vida por ese hecho, hasta las que también de alguna manera perdieron a alguien, y también los que se quedaron aquí.
Es la generación de mis padres, yo todavía no nacía cuando esto surgió, y aunque lo viví en 2017, era otra época, también hay que entender eso. En 1985 no había la inmediatez del internet y de los celulares, y un poco era enterarse poco a poco de lo que estaba pasando, y la televisora más grande era Televisa, captándolo todo.
Fue aprender también de esa época, de cómo se vivía, y fue tener que aprender sobre todas esas cosas que no existían antes, como las figuras de los topos, las alertas sísmicas, y al mismo tiempo encarnar con mucho respeto a estas enfermeras.
En la premier de la primera temporada fue muy conmovedor, porque llegamos a conocer a enfermeras reales que fueron parte de este suceso y que de alguna manera las estamos representando, aunque no era biográfico del todo porque no representé a una en específico, donde yo me tuviera que basar, pero sí representé a un colectivo. Mi abuela también fue enfermera, entonces fue un privilegio y fue mucho respeto y también un aprendizaje enorme, como te decía, de lo atemporal.

Tecnologías que reviven 1985
Era loco estar haciendo época, pero al mismo tiempo con nuevas tecnologías más avanzadas de hoy, con pantallas enormes. Además también cómo al entrar al set, que eran las pantallas virtuales, se convertía en una especie de realidad virtual pero contando 1985.
“Entonces, no sé, era muy loco. Yo decía ¿cómo llegué aquí? A algo tan histórico y a una de las producciones más grandes de Amazon a nivel latinoamericano y a nivel mundial. Y ser parte de esto, yo siento que este proyecto me eligió”.

¿Cómo es el sentimiento de darle vida a esta serie y a un personaje tan importante, con una producción que se siente tan real?
Fue surreal, y luego también ver el resultado final en pantalla, sobre todo del primer capítulo, que es donde se colapsa. Me acuerdo que estaba en el set y Jorge Michele Groud me dice “Ven a ver esto, se ve irreal”. Y luego también compañeros y actores que estaban entregándose en cuerpo y alma. Fue como entrar a una experiencia entre surreal, y al mismo tiempo pensar que era importante contarlo.
Una sensación de mucho respeto, mucho privilegio y mucho asombramiento de todo, de estar ahí, de ver cómo funcionaba. Con las pantallas que medían como 200 metros, algo impresionante, y que dijeran que era la primera vez que se utilizaba en México, también era otro hecho histórico. Entonces eso fue alucinante.
¿Qué fue lo más difícil de encarnar en el personaje y también vivir toda una producción que se siente tan real?
Para mí lo más difícil también fue el proceso de preparación, es decir, el equipo de maquillaje. Tuvimos un equipo precioso que se encargaban de todo, de poner las heridas. Sobre todo, cuando yo tuve un llamado o dos de estar sin nada encima, y luego los demás era muchísimo polvo, quemaduras, todo de la creación del look del personaje ya estando bajo los escombros. Era una parte muy compleja porque, inclusive en el corte a comer, no del todo puedes desmaquillarte porque es un proceso demasiado largo y no hay tiempo. Por ejemplo, hay una parte en la que a mí me ponían pegamento en los labios, entonces era muy difícil hablar, comer, estas condiciones por las que tienes que pasar para interpretar con verdad.
Justo pensaba en la situación emocional en la que te pones, verte a ti misma con toda esa carga de maquillaje encima, con todas las heridas, el polvo, y luego meterte al túnel, y por encima de todo saber que es ficción. Yo me ponía a pensar “pero hay gente que sí lo vive” entonces eso era lo más difícil, estos procesos, asimilarlos y soportar parte de ellos, estar ahí horas solo maquillándonos.

¿Cómo reflejaste en el personaje o cómo crees que la serie refleja esa fuerza y solidaridad de los mexicanos para salir adelante después de ese evento?
Hay escenas muy conmovedoras donde no solo actúan los personajes principales, sino que todas las personas desconocidas empiezan a ir a buscar y a sacar a gente. Y creo que ese es un mensaje muy importante en estos momentos tan violentos, tan desoladores. Que también por el uso de las redes sociales nos llegan estos mensajes mucho más inmediatos, estas imágenes de caos que se están viviendo a nivel mundial y político.
Creo que cada minuto cuenta, muestra la otra cara y viene desde un México solidario y desde esta naturaleza humana, esta condición que existe en nosotros de ayudar, salvar al otro, salvar al otro por instinto.
¿Desde tu lugar cómo puedes enaltecer la lucha de una enfermera que da su vida por salvar a unos niños ?
Yo creo que interpretándola con mucha verdad y mucho respeto, y también con mucha delicadeza. Yo intentaba de verdad hacerme las preguntas, y hay muchas que no tienen respuestas, sino más bien el instinto con en el que actúas. Y yo pensaba eso, como el poner tu cuerpo por encima de la urna, que no te importe si se te cae algo encima, que lo primordial es sacar a estos niños del cunero.
En mi caso, yo interpreto a Rosario y justo este personaje abre la serie, y en la primera secuencia la vemos a ella, como va por este recorrido del hospital, sube a los cuneros y luego, ya cuando inicia el temblor, la siguiente secuencia es esa donde ella empieza a dirigir a todos para que saquen a los niños. Y de pronto, después de eso viene ya el derrumbe total, y entonces es esa secuencia donde además se rompían los espejos, las paredes de cristal, había craqueaduras en las paredes, y todo eso también se estaba usando con una tecnología. Me acuerdo que eran muchas cosas porque además, a partir de mí, era el que para los efectos especiales, era una locura.
No podría decir cómo somos capaces de recrear esto tan real. Yo me acuerdo que se tardaban como 40 minutos en poner los vidrios, y además nos explicaban que era azúcar dura para no tener ningún riesgo de cortarnos. Pero realmente sí se quebraban, y también la pared, y también un reto que si yo no estaba ahí ya a tiempo, un segundo antes o después, ya estábamos fuera del efecto especial. Entonces, muchos retos.
Ya con esta segunda temporada, ¿cómo viste la respuesta del público ante un momento histórico, significativo y sensible para los mexicanos?
Hemos recibido un poco de todo. Hay gente que, por lo bien hecha que está, ya no lo puede seguir viendo, sobre todo cuando salió, me decían: “Es que tuve que parar, porque empecé a recordar”.
Entonces es volver a recordar también la herida, pero también siento que desde el respeto, porque sí se hizo muchísima investigación. No fue una serie que solamente se quería contar para vender, sino más bien como un tributo o un homenaje a los topos, a las enfermeras, a figuras como esta reportera representada por María Zapata, que sí existe.
Un homenaje para la sociedad, para estos héroes que fueron en su momento para muchas personas, y también un recordatorio, sobre todo en estos tiempos que estamos viviendo.
“A mí me da esperanza que tenemos una sociedad mexicana solidaria, y eso es importante destacar. A nivel cultural, me parece que México ha sido así, muy golpeado por la violencia y también estigmatizado, que no es que no exista, pero poco se habla de lo otro”.
Tú no viviste el terremoto del 85, pero lo hiciste a través de esta producción, que se sintió muy real. ¿Qué mensaje podrías compartir, tanto para quienes lo vivieron, como para quienes no lo hicieron en carne propia?
Que vean la serie, porque está hecha con el más grande respeto que se merecen las personas que fueron parte de este suceso que marcó además la historia de México.
Que sepan que también hay mucha responsabilidad histórica. Es decir, para el director era muy importante respetar el hecho histórico, entonces véanla porque es algo muy apegado a la realidad.
¿Qué te dejó esta experiencia o el recuerdo que te llevas de toda esta producción?
Mucho orgullo de verdad al ser parte de historias, y mucha gratitud. A ser más consciente, a saber más sobre mi historia, la historia de México, a que ya no se quedó solamente en algo que me contaron mis padres, sino encarnar, por elección propia, que también se me hace muy loco de la profesión que decidí ejercer.
Me voy con mucha gratitud porque yo sé que mucha gente hizo cast. Para esta serie éramos muchísimos, de verdad yo creo que todos mis colegas castearon, y que los que fuimos elegidos, fuimos vistos por directores que de alguna manera confían en el trabajo, y eso me tiene muy contenta.
Ser parte de producciones así tan grandes, porque además recuerdo que estaba haciendo a la par un documental, dirigido por Errol Morris, un documentalista de los más top del mundo, y yo interpretaba a una migrante, justo cuando Trump fue presidente por primera vez y separó a las familias. Y yo estaba representando también eso. Entonces era muy intenso.
Luego también entra Como agua para chocolate, entonces estaba siendo parte de las mejores producciones de México y del mundo, y yo decía que ya no hay más, como actriz, estoy siendo parte no solo de una, sino de las mejores producciones y además de historias que me interesan contar y a las que les puse cuerpo, alma, corazón, y que no podía más que hacer eso.

“Soy actriz y para eso me contratan, para encarnar en estos personajes y siempre espero encarnarlos desde el respeto que las vidas humanas merecemos”.
Cada minuto cuenta ya estrenó su segunda temporada a través de Amazon Prime Video