“Llevo dos años haciendo este álbum. Si me dijeran: ‘Tony, conviértete en un disco’, este sería el disco”.
Así resume Tony MILS el proyecto más personal y ambicioso de su carrera: un álbum que no solo plasma su evolución como músico y compositor, sino también su sensibilidad, su esencia y su forma de entender el amor, el dolor y la vida misma.

Desde pequeño, Tony creció en un ambiente donde la creatividad era parte del juego. “Mi mamá siempre nos estimuló mucho la imaginación, jugábamos con muñequitos, dibujábamos. Siempre fui muy creativo”, recuerda. Sin embargo, su acercamiento formal a la música llegó años después, casi de forma accidental: “A los 12 o 13 empecé con clases de guitarra, pero eran solo clases extra después de la escuela. Fue hasta los 15 que conocí gente del medio musical, empecé a escribir canciones, a tomar clases de canto y composición. Ahí fue cuando realmente me enamoré de esto”.
A pesar de provenir de una familia ajena al ámbito musical, Tony siempre contó con el apoyo incondicional de sus padres.
“Nunca me metieron presión. Me aplaudían desde lejos, me dejaron hacer mi camino, aprender desde cero. Eso me permitió pelear por lo que quería, conocerme y crecer”.
Una de las figuras que marcó su camino fue Sebastián Yatra. “Fue de los primeros artistas que conocí. Yo no entendía nada y él ya había pasado por lo mismo. Me dio consejos que aún aplico. Hasta la fecha, le mando canciones antes de lanzarlas y se toma el tiempo de opinar”.
El proceso creativo de Tony se nutre de experiencias personales y una fuerte conexión con sus emociones.
“Soy muy sentimental, me conozco bien. Cuando siento algo, lo escribo. Es mi forma de procesarlo”. Su instrumento de confianza es la guitarra: “Es fácil de transportar, me la llevo a todos lados. La música que me gusta va muy ligada a lo acústico. Es mi bebé”.
Sobre componer, es claro: “No hay reglas. Si suena bien y lo sientes, va”. Y si bien reconoce que no todos los cantantes escriben o tocan, para él componer es una necesidad emocional. “Es una forma de lidiar con lo que siento. Pongo mis emociones en papel para entenderlas”.

Entre sus referentes mexicanos menciona a Carín León, Luis Miguel y Christian Nodal, y entre los internacionales, a John Mayer, Justin Bieber y artistas country como Luke Combs y Morgan Wallen. Pero Tony es consciente de que su estilo puede no encajar en lo que hoy domina las listas de éxitos. “Creo que si te mantienes real a lo que eres, conectas. Todos sentimos amor, desamor, pérdida. El lenguaje emocional es universal”.
Esa autenticidad le ha permitido llegar a públicos de todas las edades. “Me ha escrito gente que le pone mis canciones a sus hijos, o videos de abuelitas cantando. No sé cómo pasa, pero lo agradezco”.
Una de las canciones más especiales para él es Dónde debo estar. “Es una reflexión de vida, de cómo cambian tus amigos, tus planes. La canto y se me enchina la piel. Me recuerda que todo pasa por algo, que estás donde debes estar”. Otra, Ángel guardián, tiene una historia distinta: “La escribí hace cinco años, fue de mis primeras canciones. Se quedó guardada hasta ahora. Es una canción para cuidar a alguien, para estar ahí. Estoy seguro de que la van a bailar en muchas bodas”.
Su disco, a lanzarse esta semana, es una especie de guía emocional. “Es una línea del tiempo de una relación. Empieza con amor propio, luego llega el enamoramiento, el éxtasis del amor y después, el lado no tan bonito: las rupturas, el duelo. Pero el mensaje final es que todo está bien, que no es el fin del mundo. Que los hombres también lloramos, sentimos, y está bien decirlo”.
Tony no solo canta sobre emociones, las vive intensamente.
“Soy muy sentimental, lloro, siento, y no me avergüenza. Antes nos enseñaban que el hombre no llora, que no es sensible. Pero ya basta de eso. Este álbum también es una forma de mostrar esas nuevas masculinidades. Somos muchos los que sentimos, los que queremos expresar lo que nos pasa”.
La disciplina es parte de su día a día. “Depende del día, pero todo el tiempo estoy pensando en música. Si me llega una melodía, la grabo en donde esté. También cuido mi voz, mi cuerpo. No como lácteos antes de un show, duermo temprano. Es una gran responsabilidad porque hay gente que paga por verte”.
Aunque ha aprendido sobre la industria “a prueba y error”, Tony sabe que rodearse de las personas correctas ha sido clave. “Me aventé a tomar decisiones que cambiaron mi vida. Me rodeé de artistas que están en lo mismo, que entienden lo que implica este nivel de carrera”.

Con su primer álbum a punto de ver la luz, Tony MILS está más que listo para compartir su historia con el mundo. “Este disco es lo que soy. Si alguien quiere conocerme, solo tiene que escucharlo. Espero que conecten con él, que los acompañe, que les recuerde que no están solos”.
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