The Interview

Santiago Gimenez

 Entrevistamos al delantero de la Selección Mexicana, y embajador de HONOR, quien nos cuenta cómo se prepara para liderar a México en el Mundial

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El nombre de Santiago Gimenez ya está labrado en la historia del fútbol mexicano, con apenas unos años en Europa, ha logrado posicionarse no solo como un goleador nato, sino como uno de los mayores representantes de nuestro país en el exterior. La bandera mexicana es una que porta con orgullo, cada partido lo vive con el corazón y la frente en alto, llevando así consigo los tres colores de una nación que sueña con volver a brillar en el máximo escenario del fútbol, el mundial.

México será sede del mundial por tercera ocasión, y con eso abundan las altas expectativas para él y para la selección. En él convergen las expectativas de millones, los recuerdos de generaciones pasadas y aún más importante, las ilusiones y esperanzas del futuro. Equipado con la máxima tecnología de HONOR, él se enfrenta a este gran reto como un disciplinado atleta, como un soñador que realmente cree que como país podemos llegar lejos y con una orgullosa identidad de la cual está muy honrado de portar. Esto fue lo que nos contó:

¿Qué significa para ti jugar un Mundial en tu propio país? Más allá de lo deportivo, ¿qué representa emocional y simbólicamente vestir la camiseta de México ante tu gente?

Es un sentimiento que va más allá de cualquier sueño que puedas tener como futbolista. Jugar un Mundial ya es lo más grande, pero hacerlo en casa, en tu tierra, frente a tu gente, tiene un peso emocional enorme. Representa volver al origen, conectar con lo más profundo de tu identidad, con el niño que jugaba en el parque o en la calle soñando con ser parte de algo tan grande. Significa mirar a las gradas y ver los rostros de miles de mexicanos que creen en ti, que sienten contigo cada jugada, cada gol, cada lágrima.

Para mí, no es solo una responsabilidad deportiva, es un acto de amor y de entrega. Porque vestir la camiseta de México frente a mi gente no es solo competir, es honrar todo lo que nos ha traído hasta aquí: nuestras raíces, nuestra historia futbolística, nuestras luchas como país. Es decirle al mundo “esto es México”, no solo con goles, sino con orgullo, con corazón y con unión.

¿Qué te emociona más de saber que México será sede: compartirlo con tu familia, con la afición o con la historia?

Lo más emocionante es que todo eso se junta. Poder vivir un Mundial en casa es una experiencia que se multiplica. Imaginar que mi papá y mi mamá estén en las gradas, que puedan vivirlo conmigo, es algo que me toca muy profundo. Ellos me vieron crecer, sufrir, levantarse conmigo después de cada caída, y han estado en los momentos más importantes de mi carrera. Poder regalarles este momento sería una manera de agradecerles todo.

Pero también está el tema de la afición, el mexicano es único. No importa dónde jugamos, siempre están. Imagínate ahora con ellos en casa, en nuestras canchas, en nuestros colores, va a ser un rugido que no se va a olvidar. Y claro, dejar huella en la historia es algo que me motiva cada día: que algún día un niño vea lo que hicimos y diga “yo quiero ser parte de eso”.

¿Qué valores te gustaría transmitir a las nuevas generaciones que sueñan con llegar donde tú estás?

Lo primero que les diría es que nunca dejen de creer. Parece un consejo simple, pero es el más difícil de sostener cuando las cosas no salen, cuando los resultados tardan, cuando los demás dudan de ti. Hay momentos en los que sientes que nada avanza, pero si mantienes la fe y trabajas todos los días con disciplina, la vida te sorprende.

A mí me gustaría transmitirles valores que siento que me han sostenido: la humildad, porque el fútbol cambia rápido y uno nunca debe olvidar de dónde viene; la gratitud, porque nadie llega solo y hay que reconocer a quienes te apoyan; y la pasión, porque sin ella, nada tiene sentido. También quiero que entiendan que los tropiezos forman parte del camino. Aprendemos más de una derrota que de una victoria fácil.

¿Cómo es tu relación con Javier Aguirre y con Rafa Márquez y qué admiras de ellos?

Con Javier tengo una relación muy cercana. Es un técnico con muchísima experiencia, pero más allá de lo futbolístico, es una persona directa, honesta, que te dice las cosas como son. Me ha ayudado a madurar dentro y fuera de la cancha. Me motiva mucho su energía, su amor por el juego, y su forma de llevar al grupo siempre hacia adelante.

Rafa Márquez, por otro lado, ha sido una figura que admiré desde niño. Lo veía en los Mundiales, en Europa, y pensaba “quiero llegar ahí algún día”. Hoy tener la oportunidad de cruzar palabras con él o aprender de su visión del fútbol es un privilegio. Ambos representan lo mejor del fútbol mexicano: liderazgo, carácter y sabiduría.

¿Qué le dirías a tu yo de hace 15 años que soñaba con ir a un Mundial?

Le diría: “No te rindas, todo vale la pena”. Que cada entrenamiento bajo la lluvia, cada vez que te quedaste después de la práctica, cada vez que te dijeron que no estabas listo… todo eso te hizo más fuerte. Le diría que siga creyendo en Dios, en su familia, y que nunca deje de disfrutar el fútbol, porque cuando lo juegas con el corazón, el fútbol te lleva a lugares que nunca imaginaste.

También le diría que no tenga miedo a fallar. Que los errores van a pasar, pero que no lo definan. Lo importante es cómo te levantas, cómo te sigues esforzando, cómo aprendes. Y que no olvide disfrutar el camino, porque es tan importante como llegar.

Hoy la tecnología es parte clave de tu día a día como deportista: ¿qué herramientas digitales usas para entrenar, analizar tu rendimiento o cuidar tu bienestar?

La tecnología se ha vuelto indispensable para nosotros. En lo físico, tengo un equipo que analiza métricas como velocidad, distancia recorrida, impacto en el terreno, incluso frecuencia cardiaca. Todo eso ayuda a ajustar entrenamientos y prevenir lesiones. Uso apps que miden desde la calidad del sueño hasta el estado de recuperación muscular.

Y también en lo emocional hay herramientas: meditación guiada, ejercicios de respiración, hasta análisis mental para estar enfocado en los partidos. El rendimiento hoy no es solo físico: también es mental, estratégico, incluso emocional. La tecnología te ayuda a entenderte, a conocerte mejor y a rendir al 100%.

En ese sentido, me ha sorprendido mucho lo que está haciendo HONOR al incorporar inteligencia artificial de forma accesible y útil para todos tal y como lo hizo en el nuevo HONOR 400. La IA ya no es solo algo de películas o de expertos: ahora está en funciones cotidianas que realmente marcan la diferencia. Desde herramientas para mejorar la productividad hasta opciones que cuidan tu salud y bienestar, como el monitoreo inteligente del sueño o recordatorios de respiración. Lo interesante es cómo HONOR ha evolucionado: no solo en diseño o potencia, sino en cómo pone la tecnología al servicio de las personas. Me parece valioso que una marca como HONOR esté democratizando la inteligencia artificial y ayudándonos a vivir mejor con ella, sin complicaciones.

HONOR se ha convertido en una marca aliada de muchos atletas. ¿Qué tan importante es para ti contar con un teléfono confiable, rápido y con buena cámara para estar conectado con tu familia, fans o compartir tu día a día?

Para mí, el teléfono es más que un dispositivo: es un puente con mi familia, mis amigos y mis seguidores. Paso muchos meses lejos de casa y tener algo que me mantenga cerca de los míos es clave. El HONOR 400 me sorprendió porque, más allá del diseño, tiene herramientas que realmente uso.

Por ejemplo, la función de Imagen a Video con IA me encanta. A veces capturo momentos simples, como un entrenamiento o una comida con el equipo, y el teléfono lo convierte en un clip con narrativa, música y edición en segundos. Me permite compartir algo más emocional, más cercano.

También uso mucho el Botón Inteligente, porque programé accesos directos para mi rutina diaria: abrir la app de entrenamientos, iniciar el traductor instantáneo cuando hablo con compañeros de otras nacionalidades, o incluso activar la cámara rápida para grabar mis ejercicios. Todo está al alcance, sin complicaciones. Es como tener un asistente personal.

Y ni hablar de la batería… hay días en que pasó de la cancha a entrevistas, a viajes y a redes sociales, y no me falla. En serio, es un compañero silencioso que me da estabilidad y me acompaña sin distraerme. Hoy, en un mundo tan rápido, tener algo confiable y eficiente es oro.

Eres muy cercano a tus seguidores en redes. ¿Qué buscas mostrarles cuando compartes algo: motivación, cercanía, rutina?

Lo que más quiero es que se sientan inspirados. Que vean que detrás del futbolista hay una persona que también se esfuerza, que tiene días buenos y malos, que extraña a su familia, que se cae y se levanta. Comparto mi rutina no porque sea perfecta, sino porque quiero que los chicos vean que es posible.

También me gusta mostrar mi lado humano, mis creencias, mis valores, mis momentos de reflexión. Si con una historia puedo motivar a alguien a levantarse a entrenar, a estudiar, a no rendirse… entonces vale la pena. Me gusta ser transparente y conectar de verdad. No quiero ser una figura distante, sino alguien que acompaña y que también aprende de su comunidad.

¿Cómo equilibras la vida pública con lo íntimo en esta era donde todo se comparte al instante?

Es una línea muy delgada y es fácil perderse si no tienes claras tus prioridades. Yo trato de ser muy intencional con lo que comparto. Me gusta mostrar mi trabajo, mis valores, mi día a día, pero también protejo mucho a mi familia, mis espacios de descanso, mis momentos personales.

La tecnología ayuda, pero también exige mucha conciencia. Por eso agradezco tener herramientas como las que ofrece HONOR, donde puedo gestionar mis redes de forma eficiente, tener control de mi privacidad, e incluso apoyarme en funciones de IA para editar rápido y decidir con calma qué compartir. El equilibrio viene de saber quién eres y qué quieres construir, no solo de lo que se ve hacia afuera.

¿Qué representa México para ti más allá del fútbol? ¿Qué parte de tu identidad llevas contigo siempre, incluso cuando juegas en el extranjero?

México es mi raíz. Es el lugar donde nací, donde crecí, donde aprendí lo que es luchar y soñar. Cada vez que salgo al campo en otro país, lo hago con el corazón tricolor. No solo por el himno o la bandera, sino por todo lo que somos: nuestra forma de vivir, de sentir, de luchar.

Siempre llevo conmigo nuestra alegría, nuestra calidez, esa capacidad de salir adelante con una sonrisa. Llevo nuestras canciones, nuestras comidas, nuestras tradiciones. Pero sobre todo llevo a mi gente. Porque cada mexicano que me escribe, que me manda un mensaje, me recuerda que no estoy solo. Representar a México no es un título, es un compromiso del alma.

¿Qué legado te gustaría dejar dentro y fuera de la cancha?

Quiero que me recuerden como alguien que jugó con el corazón, que nunca se guardó nada, que dio todo por su equipo y por su país. Dentro de la cancha, me gustaría dejar un legado de entrega, de carácter, de respeto por el juego. Que digan “Santi no solo metía goles, también levantaba al equipo”.

Y fuera de la cancha, quiero ser un ejemplo de fe, de humildad, de inspiración. Que los jóvenes vean que se puede llegar lejos sin perder el rumbo, que puedes triunfar y seguir siendo tú. Que tu éxito no depende solo del talento, sino de tu actitud, tu amor por lo que haces, y tu capacidad de impactar positivamente a los demás.

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