Hay destinos de veranos que no nos cansamos de repetir. Mykonos tiene ese efecto. No importa si ya la conoces o si es tu primera vez. Con su luz dorada, brisa y noches que recuerdas por siempre.
El lugar perfecto para quedarte
Petasos Hotel es uno de esos lugares donde todo se alinea: la vista, la arquitectura, el mood. Está ubicado entre Platis Gialos y Psarou Beach, en una zona tranquila pero cerca de todo lo que quieres.
La arquitectura, típica griega, pero con detalles que le dan una vibra más suave, menos rígida. Todo es blanco, abierto con detalles en azul. El mar está siempre a la vista. Desde la alberca infinita, el restaurante, y desde los cuartos.
Un hotel con playa frente al mar
No todos los hoteles en Mykonos tienen playa directa. Este sí. Y no cualquier playa: una de arena dorada, mar turquesa y camastros color rojo que combinan con el paisaje. Puedes pasar el día entero ahí. Pedir un spritz, meterte al mar, y acostarte mientras el sol te seca.
A veces hay música, otras veces solo el sonido del agua. Es fácil perder la noción del tiempo. Y eso es lo mejor.
Le Club: un restaurante que vale la pena probar
Dentro del hotel está Le Club, un restaurante al aire libre con vista panorámica al mar Egeo. El tipo de lugar donde se come lento, con lentes de sol puestos, entre risas y vino rosado.
La carta es mediterránea. Pero lo que enamora es el ambiente: el diseño blanco con toques de madera, las mesas amplias. Aquí todo sabe mejor. Una ensalada griega. Un pescado al grill.
Puedes ir en bikini o vestida de lino. Te reciben igual. El mood es ese: relajado, pero con gusto.
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