En la oscuridad que envuelve la película “Aún es de noche en Caracas”, la voz de María Corina Machado irrumpe como una llama que se niega a extinguirse. Su mensaje, breve pero profundo, resonó con la misma mezcla de dolor y esperanza que atraviesa la película dirigida por Mariana Rondón y Marité Ugás, y producida por Edgar Ramírez.
Esta película refleja con una fuerza poética y dolorosa la realidad de millones de venezolanos: el desarraigo, la pérdida, el duelo, pero sobre todo la esperanza que persiste incluso en medio de la oscuridad”
Su discurso fue más que una introducción: fue un recordatorio de que, incluso en los territorios más heridos, la belleza puede ser un gesto de rebeldía. María Corina Machado dedicó sus palabras a las mujeres venezolanas, “verdaderas portadoras de luz en medio de la noche”, y a todos aquellos que, desde el arte, siguen sosteniendo la libertad y la verdad con su voz.

“Aún es de noche en Caracas” no solo narra el colapso de una ciudad: retrata la fractura de un país y la búsqueda íntima de quienes, en medio del caos, aún sueñan con un amanecer posible.
Si aún es de noche en Caracas, muy pronto amanecerá, y lo veremos y celebraremos juntos”.
Y tal vez ahí, en ese amanecer que se asoma entre ruinas, reside la verdadera promesa del cine: recordar que incluso en la oscuridad, la esperanza puede seguir brillando.
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