Cuando hablamos de parejas icónicas mexicanas hay una que siempre viene a mi mente, Frida Khalo y Diego Rivera los artistas que han pintado el corazón de México. El más reciente lanzamiento de Edición Especial de Bvlgari nos invita a conocer un lado íntimo de la pareja.
Cada pareja es distinta, y Frida y Diego no fueron la excepción. Su amor se plasmaba con contrastes: se amaban con pasión y locura, pero también al mismo tiempo se lastimaban con peleas e infidelidades. Eran una pareja que amaba con intensidad, pero al final del día resolvían sus conflictos con un lenguaje universal el arte.

Diego Rivera y la Casa Azul
Mucho mas que un hogar, La Casa Azul representaba el santuario de Frida, su universo que solo ella conocía y representaba su voz. En sus últimos momentos de vida Diego Rivera solía ir a su refugio en Coyoacán en donde la sentía cerca de él.
En la nueva colección Bvlgari se inspiró en el museo Frida Kahlo para que el corazón de Frida siga marcando cada pulso de su amado.

Más de mil formas de besar
En la colección de Bvlgari se encuentra la inscripción “Más de mil formas de besar” de la novela Diarios de un accidente.
Frida Khalo tuvo “mil formas de besar”: besó con ternura, con dolor, con pasión y con rabia. Amó a Diego de manera tormentosa, pero también vivió otro tipo de romances. Para ella, besar era otra forma de existir y resistir, era su manera de expresarse y de marcar en un lienzo su propia identidad. Además para Frida, la joyería y los relojes no eran simples accesorios, sino símbolos de mexicanidad y de orgullo cultural que reforzaban su mensaje.

Un amor apasionado nos inspira a crecer y nos demuestra que sí se puede amar en grande. Con todos sus altibajos, esta dupla mexicana es recordada por su rebeldía, su autenticidad y por la creatividad con la que transformaron sus heridas en arte. Entre dolor y admiración Diego Rivera y Frida Khalo construyeron una historia que, junto a Bvlgari, permanece como un legado eterno.



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