Hay pláticas que se te quedan grabadas pero no substancialmente por el contenido de esta, sino por la esencia de la persona con la que se comparte. Hace unos días tuve la fortuna de poder platicar con Francisco Diego o FranDiego, pude conocer sobre él, su visión y carrera artística, y sobre cómo él ve esta vida.
Las disciplinas artísticas no se desarrollan de manera aislada, todas conviven y coexisten, como todo en esta vida. Una mente creativa como FranDiego es la personificación de esto.
Para empezar, cuéntame un poco sobre ti ¿Cómo fue tu formación musical y cómo nace esa pasión por la música y la escultura?
Yo estudié diseño industrial. Con el tiempo, incursioné en la joyería, y a través de ella, empecé a comprender que mis creaciones trascendían la categoría de un simple producto; se manifestaban más bien como objetos expresivos. Los bocetos preliminares, que realizaba antes de trabajar la cera y proceder a la fundición, comenzaron a generar historias. Eventualmente, esas historias evolucionaron para convertirse en canciones, y fue así el inicio simultáneo de ambos proyectos.
Pasar de la joyería, que a menudo representa un objeto muy preciado que simboliza un momento particular en la vida de alguien , a algo similar pero de mayor escala, fue significativo. Con las esculturas, comencé a materializar momentos, sentimientos o aspectos que observaba en mí o en la sociedad. Capturaba esos instantes que nos definen como individuos, plasmándolos en un objeto, en una escultura. Además, fui consciente de que el metal, en este caso el bronce que estaba fundiendo perduraría mucho más tiempo que yo, o que mi propia existencia física.
¿Qué temas o conceptos son los que te mueven al momento de crear y cómo los exploras a través de tus piezas?
Lo que me inspira generalmente es la muerte, que evidentemente te lleva a pensar en la vida. Sabemos que nos vamos a morir porque estamos vivos, y esa pregunta genera un chispazo en mí. La otra inspiración, que fue como un resultado de esa pregunta, es la memoria. Nuestros pensamientos y nuestras memorias viven, y también entendemos que se mueren, como quien puede tener Alzheimer o cualquier recuerdo de la niñez que se haya olvidado; nuestros recuerdos también se van. Entender que se van, le da un sentido especial a valorar los que tenemos ahorita, por tenerlos más presentes. Esos dos pensamientos, el de nuestra vida y el de nuestros pensamientos cuando mueren, pero que al mismo tiempo, por eso hacen que seamos quienes somos, son cruciales. La muerte y la memoria son temas muy recurrentes en mi cabeza y en mi personalidad, creo. De repente, llevo todo a la última instancia, y de ahí surge el chispazo de inspiración de algo que esté pasando en el momento presente.
¿Cómo se están materializando estas ideas en la serie escultórica que estás desarrollando?
Todo eso ha sido parte de la construcción completa de mi obra. Ahorita te digo cómo lo estoy materializando pero todo empezó con el uso del bolígrafo, la pluma convencional, para dibujar. Entonces, cada trazo que hacía en un dibujo con pluma no podía borrar nada, con la idea de que en la vida cada trazo que vas dejando se va quedando y no se borra, al contrario, define lo que vas a hacer después. Cuando la obra está terminada, eres una serie de trazos en proceso. Con esa misma ideología, lo más reciente es una serie de máscaras. Me planteé: ¿quiénes somos nosotros? Mi cara o la tuya definen o personifican en parte lo que somos, pero si una comunidad o una sociedad tuviera una cara, ¿cómo sería? Creo que no se parecería ni a la tuya ni a la mía; tendría una esencia diferente, sería la aportación de todos, sin parecer completamente humana, aunque sí con ciertos rasgos. Son una serie de máscaras que me gusta pensar que definen o son mi intento de entender a ciertas comunidades, a través de quienes las construyen.
La otra parte se relaciona con el aspecto más instintivo del comportamiento. Presentaré un par de piezas recientes que son personajes en bronce con los ojos vendados. Uno de ellos tiene un timón agarrado en las manos, como si estuviera navegando, y pareciera que instintivamente, sin saber a dónde va, ya supiera dónde aplicar fuerza para dirigir el camino. Esto puede sonar muy esperanzador, pero creo que más que hablar de esperanza o ser piezas muy positivas, me gusta pensar que son obras que generan el cuestionamiento de nuestra intuición.


En esencia, todos estos son intentos míos por entender quién soy, dónde estoy, qué hago y qué no hago, y por qué lo hago, sin acabar de entender exactamente por qué, pero cuestionándome dónde estoy, por qué estoy aquí o algo así.
“El arte es tan humano que es una herramienta que fomenta que las personas conectemos fácilmente”, comenta FranDiego.
Vas a tener una residencia en el Hotel Brick con varias de tus piezas. ¿Cómo fue esta colaboración y qué significa para ti ser el primer artista en residencia de este hotel?
Como artista, tocar puertas es parte instintiva de la carrera, pero también lo es que muchas de esas puertas no se abran. De repente, ir abriendo puertas que aún no eran foros artísticos y que ahora pueden convertirse en un nuevo espacio de creación o de exposición, me parece algo muy cool. Me siento muy afortunado de ser el primero.

En cuanto a los aprendizajes o descubrimientos que me llevo de esta residencia, te diría que destaca la disposición a compartir. Cada foro, cada lugar, cada espacio tiene algo bueno que aportar. Artísticamente, es una ventana adicional para que cada persona exprese algo de sí misma.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado en tu proceso creativo?
Te diría muchas cosas. Creo que la más complicada, aunque no parezca a veces, soy yo, que constantemente me puedo desesperar mucho a mí mismo. Pero al mismo tiempo, eso expresado en lo que hago, que me salgan las cosas como lo había pensado, intentar cosas nuevas, estar todo el rato intentándolo, intentándolo, creo que es parte de una constante batalla conmigo mismo. Es una constante: mi mejor empleado y mi peor empleado soy yo, y eso implica mucho.
Por último, ¿qué viene para FranDiego? ¿Cómo visualizas la continuidad de esta serie escultórica y cómo la integras con tu carrera como cantante?
Son dos procesos distintos. En el ámbito creativo, es una misma cosa y nace del mismo lugar; sin embargo, eventualmente se materializa de formas diferentes. En la música, todo se presenta bajo el nombre de Fran Diego, mientras que la parte visual es Francisco Diego. En cuanto a lo visual, estaré en julio y agosto haciendo un proyecto cerca de Oporto, en Portugal. Allí trabajaré más con grafito, llevándolo tanto a encapsulados como a la parte gráfica, haciendo un constante ir y venir entre el 2D y el 3D.
La música es una constante. Todos los escritos que tengo en mis cuadernos, eventualmente, al sacarlos, ya están perfectamente descritos como canciones, y así es como empiezo a colaborar.
Fran me hizo recordar que está bien ser vulnerables, que los errores son parte de nuestra existencia, así como las batallas internas. Me hizo recordar que hay que tenerle paciencia a nuestro propio caos, a abrazar el proceso que muchas veces no es lineal pero es parte de aceptar que SOMOS HUMANOS y no tenemos el control sobre todo. Gracias Fran.
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