
En lo alto de los acantilados de Brisas del Marqués, hay un rincón de Acapulco que parece suspendido entre el cielo y el mar, se llama Encanto Acapulco. Diseñado por el arquitecto Miguel Ángel Aragonés, Encanto es una de esas joyas que te envuelven apenas llegas. Su arquitectura blanca, limpia y abierta está hecha para dejar pasar la luz y para que el aire del Pacífico entre sin pedir permiso. Desde cada habitación, el mar se convierte en parte del espacio, no hay marcos, ni límites, solo una línea infinita donde el agua y el cielo se mezclan.

El hotel cuenta con 44 habitaciones y suites, todas diferentes, pero con un mismo propósito: ofrecer paz. Algunas tienen terrazas privadas, otras pequeñas albercas que se funden con el horizonte, pero todas comparten la sensación de estar flotando.
En la parte gastronómica, el restaurante Origen, a cargo del chef Roberto Hernández Salgado, lleva la experiencia un paso más allá. Aquí la cocina mexicana se reinterpreta con un toque contemporáneo y una mirada hacia el mar. Los menús de temporada celebran la riqueza del litoral guerrerense y se acompañan con una coctelería de autor.

Y si el cuerpo pide descanso, el Spa Mar Adentro es el espacio perfecto para dejarse llevar. Con tratamientos inspirados en el océano, rituales de relajación profunda y sesiones de meditación y yoga frente al mar, todo está diseñado para restaurar el equilibrio entre cuerpo y mente. Encanto también tiene esos pequeños lujos que marcan la diferencia, desde un cine privado para ver películas bajo las estrellas hasta multiples albercaa infinitaa, todo complementado con un servicio de primer nivel. Detrás de todo está la visión de Miguel Ángel Aragonés, uno de los arquitectos más reconocidos de México. Con una filosofía donde la arquitectura no debe imponerse a la naturaleza, sino dialogar con ella y esto se siente en Encanto.

Descubre más sobre el hotel en http://www.encantoacapulco.com
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