En entrevista con Daniela Villegas, la diseñadora de joyas mexicana que transforma la naturaleza en piezas únicas. Su colaboración con el Marbella Club Hotel celebra la elegancia, el color y la vida.
Daniela Villegas es una diseñadora que sale de lo tradicional. Su universo es lúdico, colorido y espiritual, con insectos, piedras preciosas y elementos naturales que hablan de abundancia, renacimiento y libertad. Con un estilo maximalista pero lleno de gracia, la joyera mexicana radicada en Los Ángeles ha construido piezas que funcionan como talismanes, pero también como pequeños relatos de vida. Ahora, su visión se entrelaza con el Marbella Club Hotel, un ícono de elegancia en el mediterráneo, en una colaboración que celebra la naturaleza, el color y la sofisticación.
¿Cómo surgió la idea de colaborar con el Marbella Club Hotel?
Me dieron libertad total de inspirarme en el hotel. Al ser la naturaleza la musa de mis joyas y el hotel un Edén, fue muy fácil y placentero crear piezas con una esencia juguetona y con mensajes de renovación, gracia y buen vivir. Tenemos valores similares: sofisticados pero fieles a nuestro estilo, sin ostentación, con atención al detalle, maximalistas y apasionados de la naturaleza y el color. El Marbella Club es especial porque combina historia, elegancia y una experiencia única.
¿Cómo describirías tu proceso creativo al diseñar una nueva pieza?
Siempre confío en el universo y me dejo guiar por mis emociones. Mis piezas son una extensión de mí: una oportunidad para expresarme, aprender, divertirme y compartir mi visión. Es un proceso instintivo, guiado por sueños, señales y curiosidades. Leo mucho sobre los elementos que utilizo y su simbología, hago investigación, bocetos y maquetas antes de presentarle todo al equipo.
¿Cómo decides qué materiales utilizar?
Todas las piezas están hechas en oro de 18 quilates con piedras preciosas y semipreciosas. Algunas incluyen elementos naturales como plumas, escarabajos, púas de puercoespín o piedras de río. Son parte de colecciones permanentes que se expanden cada temporada con nuevos mensajes.
Los insectos son una constante en tus colecciones. ¿Qué significado tienen para ti?
Los escarabajos son los animales más prósperos del planeta, llenos de variedad y sabiduría. En el antiguo Egipto simbolizaban renacimiento, protección y buena suerte. Para mí, representan la conexión con un universo inteligente y la evolución conjunta con el mundo.
¿Hay alguna pieza que tenga un significado personal especial?
Creo que las piezas de escarabajo son las más reconocidas, pero mi universo está lleno de animales, casi como un arca de Noé. Son piezas únicas, divertidas, espirituales y con mucho sentido del humor. Funcionan como talismanes y tienen un vínculo muy fuerte con sus dueños.
¿Cómo defines tu estilo como diseñadora?
Desde 2008, mis piezas son siempre únicas. Cada joya cuenta una historia de alegría y libertad, con combinaciones de color que expresan individualidad y poder personal.
¿Cómo incorporas tu herencia mexicana en tus diseños?
México es abundancia, biodiversidad y fiesta. Mi herencia se mezcla con mi vida en Estados Unidos, y esa dualidad nutre mi trabajo. Mi estilo es maximalista, lleno de color, creatividad y celebración. México está siempre en mi corazón y se ve en mis piezas.
¿Cómo ves la evolución de tu marca en los próximos años?
Evolucionar es parte del camino. Siempre con claridad de dónde vengo y con la curiosidad de explorar hacia dónde voy. No me gusta apresurar los procesos ni encajar en moldes: mis joyas son objetos emocionales que deben vibrar en armonía y congruencia.
¿Hay algún proyecto futuro que te entusiasme especialmente?
¡Muchos! Pero soy supersticiosa y prefiero hablar de ellos cuando ya se materializan. Vivo el presente, disfruto cada etapa y agradezco cada proceso.
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