Desde temprano, el Autódromo Hermanos Rodríguez ya vibra. Se escuchan motores a lo lejos, el murmullo de los invitados que llegan al paddock y el ir y venir de los mecánicos que se preparan para lo que será un fin de semana de pura adrenalina. Entre cables, neumáticos, olor a gasolina y emoción contenida, todo parece estar a punto de explotar.
En medio de este ambiente, entrar a la suite de Mercedes-AMG, dentro del exclusivo Paddock Club, es entrar al paraíso para los fanáticos del deporte motor . Aquí, todo está pensado al detalle, desde la decoración, los displays, el equipo que te recibe y te guía. Pero lo más impresionante es la cercanía que ofrecen a lo que sucede detrás de cámaras. Nos explican cómo funciona un fin de semana de Fórmula 1 desde adentrom desde la parte técnica, la logística, la preparación de los pilotos, el trabajo de los ingenieros, todo lo que no se ve en la televisión. Hay volantes reales, cascos, piezas del auto que puedes tocar y analizar mientras te explican cómo cada elemento tiene una función precisa.

Poco antes de comenzar la primera práctica algunos invitados selectos fuimos invitados a vivir una de las experiencias más especiales, vivir una practica libre desde el garage, comienza con la entrega de los pases que dan acceso a la parte más íntima de la F1, el paddock, ahi se encuentra el corazón de la categoría, un área sumamente restringida donde se encuentran los equipos, las instalaciones, donde se preparan los pilotos.
Al ser previo a la primera práctica, cuando caminamos por la zona del paddock se sentía un verdadero éxtasis. Pilotos como Esteban Ocon de Haas, el rookie Paul Aaron de Alpine, o el controvertido Liam Lawson de RB y el querido Franco Colapinto pasaban junto a nosotros en camino a los garage para subirse a los autos y dar inicio a la actividad en pista de la categoría reina, en este décimo aniversario de su regreso a la Ciudad de México.
Después de esperar un momento, era el momento de ingresar al santuario, el garage de Mercedes-AMG Algo importante que hay que recalcar es que tanto la fotografía como los videos están prohibidos dentro de esta experiencia, al presentarse información confidencial ahí dentro. Al entrar por este túnel oscuro que te transporta a otro mundo, como si de una nave espacial se tratara, de un lado hay una pequeña bodega con neumáticos y, al frente, wow, una vista impresionante: Kimi Antonelli y el rookie Frederik Vesti, quien se encontraba supliendo a George Russell en esta práctica, preparándose para subir al auto.

Bajo la guía de Justin, nuestro host para la experiencia, nos sentamos justo atrás de los monoplazas, en un área específica para invitados (algunos la reconocerán de la transmisión de la F1 cuando hay alguna celebridad o familiares de los pilotos para mostrar su reacción). Desde nuestro lado había dos filas de asientos; al frente, una pantalla mostrando la transmisión de la práctica y dos salidas de aire acondicionado, porque sí, el calor que emanan los autos es impresionante. Tras tomar nuestros lugares y colocarse los audífonos, los cuales cumplen una triple función, proteger a los oídos de la poderosa sinfonía de los motores, escuchar las explicaciones del guía y la parte más cool, escuchar en vivo la radio del equipo y la comunicación con los pilotos.
La vista es espectacular, para la suerte me tocó estar sentado en primera fila justo en medio del garage, junto a una de las personas más apasionadas de la F1 que he conocido, la chef Sofía Cortina. Juntos admiramos la vista trasera del Mercedes-AMG F1 W16 E Performance, nombrado así por ser el decimosexto auto de las flechas plateadas tras su regreso a la F1 en 2010.
Algo impresionante es la cantidad de personas que se encuentran en el garage: ingenieros, mecánicos, fotógrafos del equipo, todos con el objetivo de hacer al equipo ganador. Como una máquina bien aceitada, cada uno se encuentra concentrado en su labor.

Un pensamiento rondaba mi cabeza, ¿cómo puedo comunicar que viví la experiencia de estar aquí sin romper la regla de no contenido audiovisual? Además de escribir estas páginas, fue el salir en la transmisión de televisión. Mi compañera en esta aventura, Sofía, tuvo la misma idea, por lo que al notar a las cámaras de televisión pusimos nuestras mejores caras y nos paramos derechos, y con mucha esperanza, esperamos aparecer, aunque fuera un breve momento en la televisión. ¡Y se logró! Durante aproximadamente 0.5 segundos aparecimos en la toma de Kimi Antonelli, en un momento de concentración antes del inicio del cronómetro que marca la duración de la práctica.
Después de esa victoria llegó el momento que todos estábamos esperando, los autos salieron a pista, en un estruendo los autos salieron disparados hacia el pit lane, listos para probar por primera vez los límites y condiciones del circuito nombrado tras los dos grandes héroes del automovilismo mexicano, Pedro y Ricardo Rodriguez.
Uno pensaría que tras la salida de los autos el garage de Mercedes-AMG se tranquilizaría, pero pasa justo lo contrario, los ingenieros comienzan a mirar la telemetría y la información del auto, los mecánicos acomodan sus herramientas, y se preparan para cualquier eventualidad.

De pronto, mientras escuchábamos al guía, comenzaron a entrar al garage tres figuras que reconocí al instante, primero Esteban Gutierrez, antiguo piloto Mexicano de F1 con Sauber y con Haas, y hoy embajador de Mercedes-Benz, además de un genio en la puesta a punto de los autos. Después ingresó el icono Valtteri Bottas, tercer piloto de Mercedes-AMG y próximo compañero de Sergio ”Checo” Pérez en Cadillac y finalmente, una de las estrellas del fin de semana, George Russell, el piloto con experiencia dentro de la escudería. A un par de metros de nosotros se encontraban estas tres figuras clave, que, concentradas, miraban los datos, los tiempos y escuchaban el feedback sobre la pista, nosotros los mirábamos.

Hablando de los datos, en nuestras pantallas cambio la transmisión por estos mismos datos, algo sumamente interesante es que en las prácticas el seguimiento de los pilotos no se da sobre un esquema del circuito como estamos acostumbrados a verlo en la televisión, sino que se presenta en forma de reloj, con el punto de partida marcado en los que sería las doce del reloj, esto se nos explicaba, facilita ubicar el posicionamiento de todos los autos en ese momento dentro de la pista, encima. Para ese momento los autos estaban de vuelta en el garage, los pilotos se comunican más a detalle con los ingenieros y se hacían ajustes a la aerodinámica del W16.
Entonces entró al garage de Mercedes-AMG Paul Ripcke, creador de contenido y auto-descrito como el insta-husband de Valtteri Bottas, quien entró para hablar con George Russell, y comenzó a grabar un contenido con él. En ese momento no lo sabíamos, pero estaban preparando uno de los momentos más icónicos del fin de semana. Con una máscara de luchador, y una chamarra como disfraz, el piloto británcio fue en incógnito al Foro Sol para disfrutar de la práctica libre, sin que nadie del público los identificara.

Los autos, con otro estruendo, volvieron a la pista, y para nosotros, era tiempo de salir para hacer espacio para el segundo grupo de privilegiados. Estar dentro del garage de Mercedes-AMG durante una práctica de F1 es una experiencia que va mucho más allá del glamour o la velocidad. Es ver cómo cientos de personas, desde los ingenieros hasta los pilotos, se sincronizan para lograr lo imposible.
Y aunque no pude grabar ni tomar ni una imagen, sé que esa escena, los motores rugiendo, el olor a caucho, los cascos alineados, los monoplazas listos para salir, se me quedará grabada para siempre. Porque vivir la F1 desde un garage es mucho más que ver, es sentir.

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